febrero 2018

Dios nos transforma. Él nos pone un corazón nuevo, y un espíritu nuevo.  Cuando este maravilloso milagro ocurre, nuestros pensamientos y acciones cambian.

Dios desea que experimentemos transformación. Ese proceso comienza cuando le abrimos las puertas de nuestro corazón a Dios. Él quiere y puede transformarnos. No es que Dios nos lo imponga, es una decisión que asumimos usted y yo. Le animamos a escuchar esta audio reflexión con Fernando Alexis Jiménez>>

El mejor modelo de discipulado fue el que enseñó nuestro amado Salvador Jesucristo. Él enseñó a 12 personas y luego las envió a cumplir una misión. 


Todos los cristianos sin excepción, estamos llamados a discipular a otras personas. Es un compromiso que no podemos eludir." 

Por Fernando Alexis Jiménez|  Editor de EBR

Alrededor de nosotros millares de personas todavía no conocen a Cristo. Han oído hablar de Él, pero no han desarrollado una relación personal con el Salvador.

Ahora, si esa realidad nos resulta abrumadora, mucho más el hecho de que los cristianos no  asumimos el trabajo de discipular a otros. Si lo hiciéramos, habríamos ganado para el Reino de Dios a infinidad de hombres y mujeres que corren el peligro de perderse por la eternidad.

¿Qué hacer? Lo primero es un alto en el camino, identificar en qué estamos fallando y que nueva dirección debemos tomar.

La iglesia debe involucrarse en la tarea de formar a quienes aún no le han abierto las puertas de su corazón a Jesús, y una vez se surte este proceso, orientarlos en cada paso que deben seguir hasta convertirse en seguidores fieles del Salvador.

Quizá coincida conmigo. Estas breves letras le despiertan inquietud. Si es así, recuerde que Dios da la visión, la provisión y la bendición. Él es quien pone en nosotros el querer como el hacer, tal como escribió el apóstol Pablo a los creyentes de Filipos:

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”(Filipenses 2: 12, 13)

¿Cuándo podemos hacer una buena labor discipulando? Cuando hemos determinado seguir las huellas del Maestro, y conforme avanzamos, imprimimos cambios en nuestra forma de pensar y actuar.

HAY MUCHAS FORMAS DE DISCIPULAR

La médula del discipulado es llevar a los nuevos creyentes a crecer en su vida de fe. Es una definición que no requiere mucho análisis y conceptualización, porque es esencialmente un asunto práctico.

Y, de la mano con esta verdad, otra que cobra fuerza con los avances de nuestro tiempo: hay muchas formas discipular.

Los hogares son un punto de partida, pero también lo es el lugar de trabajo o quizá un reclusorio o un hospital. Donde quiera que haya un alma sin conocer a Cristo, allí debemos ir.

DISCIPULAR A PARTIR DEL EJEMPLO

La cimentación de un buen discipulado, es enseñar con el ejemplo. La teoría es importante, pero mucho más lo es la praxis. De las palabras a los hechos. Materializar lo que decimos. No se trata únicamente de transferir conocimientos.

Jesús nos dio el mejor ejemplo. Escogió a sus seguidores. Trabajó con ellos durante tres años. Sentó en cada uno las bases para que, a su turno, multiplicaran las enseñanzas. Luego los envió de misión:

"Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir."(Lucas 10:1)

Fue en terreno donde llevaron a la práctica todo aquello que habían aprendido de Jesús. Es la mejor manera, sin duda.

En el libro “El Manual del Discípulo”, el autor cristiano, William MacDonald, escribe un aspecto que comparto con ustedes por considerarlo sobresaliente:
“Al discípulo se le debe enseñar a ver las cosas que hay que hacer en una reunión, e ir y hacerlas. Puede que se trate de acomodar las sillas, de colocar los himnarios en su lugar, de grabar los mensajes, etc. El discípulo puede mostrar su grandeza a través de su servicio.”
¿Y si el discipulador aún comete errores? Esta es la pregunta más común. La respuesta gira en torno a una realidad: el discípulo no espera que usted sea perfecto. Lo que sí espera es que demuestre sinceridad y transparencia.

NO BASTA CON COMPARTIR INFORMACIÓN

Lo que determina nuestra eficacia como discipuladores, es que nos fijemos la meta de enseñar y no solamente de transferir principios.

Enseñar tiene los siguientes componentes que debemos tener en cuenta:
  •        Impartir experiencia práctica.
  • ·         Despejar las inquietudes del discípulo en el proceso de entrenamiento.
  • ·         Guiar al discípulo en todos los pasos de crecimiento cristiano.
  • ·         Motivarlo a poner en práctica su aprendizaje.
El discipulado es fundamental en la iglesia. Debemos darle la relevancia que corresponde. Solo de esta manera podremos decir que a los templos están asistiendo cristianos comprometidos.

© Fernando Alexis Jiménez es pastor en la MISIÓN EDIFICANDO FAMILIAS SÓLIDAS. La Dirección es Avenida 3 i Norte Nro. 49-41, barrio La Flora, en Cali. Los días de reunión son los Miércoles a las 7:00 pm, y los Domingos a las 9:00 am. Página Web www.FamiliasSolidas.Com


Los pastores fueron llamados a predicar las Buenas Nuevas de Salvación, no a hacer proselitismo. Ojalá tuvieran el mismo ánimo al predicar, que aquél evidenciado cuando hacen política.


Por Fernando Alexis Jiménez |

Colombia está atravesando por una profunda crisis. De un lado revivieron los hechos de violencia protagonizados por la guerrilla del ELN, aún sin desmovilizar, al tiempo que los ex guerrilleros de las FARC, que dejaron las armas y pretenden hacer política en la plaza pública, son blanco de ataques. El asunto es grave.

La enorme brecha está azuzada por cristianos evangélicos que utilizan las redes sociales para sembrar odios. No sé movidos por qué fuerza –si del bien o del mal, no sé a ciencia cierta--, avivan odios y califican a de asesinos a quienes hicieron dejación de armas. Y me asaltan, en esa dirección, tres preguntas;

·         ¿Dónde quedó el principio del amor al prójimo y de poner la otra mejilla del que habló el Señor Jesús? (Mateo 5:39)
·         ¿En qué momento se nos dio a simples terrenales, con pecados y situaciones aún sin resolver en nuestras vidas, la capacidad de ser jueces, prerrogativas que sólo le corresponden a Dios? La Biblia dice que sólo Él es juez (Salmos 75:7; 50:6, Isaías 2:4, Miqueas 4.3)
·         Si Dios nos dio una oportunidad a todos, y estoy seguro que a usted también, ¿por qué somos tan inmisericordes para no darle una oportunidad a otras personas?

Le animo a leer lo que anota el apóstol Santiago:

"(Sólo) hay un dador de la ley y juez, que es poderoso para salvar y para destruir; pero tú, ¿quién eres que juzgas a tu prójimo?"(Santiago 4:12)    

Es probable que a usted también le hayan asaltado estos mismos interrogantes. Desconozco, frente a tales cuestionamientos, cuál haya sido su respuesta. No sé si se haya prestado a difundir mensajes de rencor y resentimiento en su perfil de las redes sociales, sin antes pedirle a Dios orientación sobre si ésa debe ser su actitud.

Por último está la polarización política. Argumentando que cuando “los justos gobiernan el pueblo se alegra”, decenas de pastores se han lanzado ahora al terreno partidista. Están explorando alborozados un territorio espinoso, donde se prevalecen la corrupción, las ambiciones y las pasiones viscerales.

Ojalá estos consiervos pusieran el mismo empeño en predicar la Palabra de Dios, que es la verdadera tarea a la que fueron llamados. Predicar, no hacer proselitismo.

Comprendo que seré blanco de las críticas, las que dicho sea de paso respeto, pero reafirmo mi convicción de que los cristianos no podemos caer en el juego de alimentar odios y que, hacer política, no es el llamado que Dios les hizo a los pastores.

© Fernando Alexis Jiménez es pastor de la MISIÓN EDIFICANDO FAMILIAS SÓLIDAS, en Cali (Colombia). Dirige el Portal cristiano MensajerodelaPalabra.Com Sus artículos son publicados en varios portales cristianos del mundo, e incluso, revistas cristianas.

Los padres debemos dedicar tiempo, pero tiempo de calidad, no solo para nuestro cónyuge sino también para los hijos.

Dedicar tiempo a la familia es importante. Tanto el cónyuge como los hijos deben representar una prioridad cada nuevo día. Pero, ¿les brindamos realmente tiempo de calidad? Le invitamos a escuchar esta audio reflexión con el autor y conferencista cristiano Fernando Alexis Jiménez.
 

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