enero 2017

Dios nos concibió con las potencialidades para ser triunfadores. Nada podrá detenernos camino al éxito, con Su divina ayuda.
Por Fernando Alexis Jiménez *
El sudor poblaba su frente. El calor era insoportable. La pista de atletismo, más larga que de costumbre, o al menos así le pareció. Tenía mucha agitación y por momentos pensó que no lo lograría. En las tribunas, las gentes gritaban. Cerca, otras competidoras.

No puedo dejarme vencer” pensó al hacer el último esfuerzo para cubrir la distancia que le separaba de la meta final.

Minutos después estaba en el podio. Ocupaba el primer lugar. Sonrió. Completaba ya cinco medallas.
A sus veinticinco años se podía calificar una triunfadora. Llegar a ese estrado no había sido fácil. Tuvo su costo. Le obligó a esforzarse. Fueron días incontables entrenando desde muy temprano, cuando el sol todavía no despertaba en el horizonte.

Igual sinnúmero de atardeceres, que se prolongaban hasta cuando las sombras de la noche cubrían la ciudad. “Valió la pena”, pensó, mientras agradecía al anfitrión la distinción que le imponía.
La norteamericana, Marion Jones, de 25 años, se convirtió en penta-campeona de los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia.

Alcanzó su objetivo: vencer en las competencias de cien y doscientos metros y en las carretas con postas. Muy joven se convirtió en ejemplo para su generación. Atribuyó su éxito a Dios y a la confianza que tuvo en sus capacidades.

El secreto de los vencedores

¿Cómo se forjan los triunfadores?  A los vencedores les identifican por lo menos  cuatro  características. La primera, fijarse una meta; la segunda, volcar sus esfuerzos a la conquista de ese objetivo; la tercera, una férrea disciplina que les permite fortalecer las áreas débiles y potenciar los puntos fuertes y la cuarta, avanzar sin prestar atención a los virtuales fracasos. La meta es llegar, sin doblegarse.

Pero hay un principio infalible para vencer. Consiste en depositar todos nuestros planes y proyectos en manos de Dios. Esta decisión debe ir acompañada de una absoluta confianza en que El obrará a nuestro favor. Así lo dice la Biblia: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en el; y el hará”(Salmos 37:5)

El paso eficaz para comenzar un nuevo día en victoria, es someter toda nuestra agenda de actividades al Señor. Póngalo en práctica. Los resultados hablarán por si solos...

No puedo terminar mi mensaje sin recordarle que su vida necesita a Jesucristo en el corazón. Es vital. Le asegura un presente de victoria y un futuro de victoria. Hacerlo es muy fácil. Basta con hacer una oración sencilla. Dígale:

Señor Jesucristo, gracias por morir por mis pecados en la cruz. Reconozco que tengo ahora una nueva oportunidad. Te recibo hoy en mi corazón. Haz de mí la persona que tú quieres que yo sea. Amén

Si realizó esta oración, mis sinceras felicitaciones. Ha dado un paso fundamental. Ahora le invito para que acoja tres sugerencias: La primera, que haga de la oración un principio de vida diaria. Hable con Dios. Dígale cómo se siente. Él responde con poder. La segunda, lea la Biblia. Allí aprenderá principios de éxito, dinámicos y prácticos, que le ayudarán en el crecimiento personal y espiritual. Y la tercera, comience a congregarse en una iglesia cristiana. Puedo asegurarle que su vida jamás volverá a ser la misma.


* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com Visítelo hoy.

Nuestra edad no es impedimento, ni hoy ni nunca, para que Dios nos utilice poderosamente en la extensión de Su Reino.
Por Fernando Alexis Jiménez *
¿Cuál es la edad aconsejable para conquistar nuestros sueños y alcanzar grandes metas? Quizá usted tiene una respuesta específica para este interrogante, fundamentado en lo que considera, son sus fuerzas para disfrutar los logros.

Permítame ahora formularle una pregunta más profunda: ¿Hasta qué edad podría Dios utilizarlo con poder para cumplir Sus propósitos eternos en la tierra? Lo más probable es que aquí se tome unos minutos para responder y su perspectiva cambie un poco.

La razón es sencilla: Millares de personas consideran que hay un tope específico de años para ser altamente productivos en el Reino de Dios. Un gran error. Permítame demostrárselo.

Campeón a los 105 años

Infinidad de deportistas se retiran muy jóvenes porque consideran que cumplieron su ciclo de rendimiento.

Quien rompió los esquemas de este común denominador, fue Robert Marchand. A sus 105 años de edad recorrió en bicicleta 22,5 kilómetros, batiendo su propio record. Cubrió esa distancia en una hora. La hazaña fue vista por millones de personas en Francia y buena parte de Europa.

"No soy un fenómeno ni un campeón, soy un tipo normal", dijo al término de la prueba. “Pensé que aún me quedaban algunos kilómetros y creo que pude haber podido ir más rápido”, concluyo después de dar 92 vueltas al velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines.

Robert se considera a sí mismo alguien común y corriente, pero un tipo normal no vive dos Guerras Mundiales, es testigo de la entrada de las tropas alemanas a su ciudad natal de Amiens en 1914, conoce 16 Presidentes de la República francesa, ha sido miembro de la Resistencia, fue encarcelado por rechazar dar clases a niños de los colaboradores de la Europa nazi, ha sido campeón de Francia de gimnasia, bombero en París, criador de pollos en Venezuela y leñador en Canadá.

Con su record mundial, pasa a la historia como el deportista más longevo en pedalear durante una hora.

Ahora dígame, ¿hay límite de edad para disfrutar de los triunfos? Por cierto que no. Las barreras las ponemos usted y yo en la mente, cuando creemos haber llegado al límite de nuestras fuerzas y capacidades.

Un conquistador octogenario

Cuando Israel entró en la tierra prometida, Caleb—quien fuera compañero de Josué—, fue a visitarlo en Gilgal. Le recordó que 45 años antes, después de ir a explorar un amplio territorio, kilómetros más allá de Cades-barnea, Moisés les había prometido darles propiedad cuando cruzaran el Jordán.

“Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios.”(Josué 14: 7, 8)

Ahora, se sentía con toda la disposición de conquistar una amplia franja de tierra. Había pasado muchas pruebas, como el tránsito en el desierto; sabía qué era el calor, la sed y las largas jornadas con un sol abrazador a cuestas. Y a sus 85 años, consideraba que aún tenía muchas fuerzas para conquistar grandes metas:

“Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.”(Josué 14: 11, 12)

Por favor, lea con detenimiento las palabras de Caleb. Él no se sentía un hombre digno de un albergue para ancianos, por el contrario, se veía asimismo como un conquistador de grandes metas.

Es tiempo de revitalizar sus sueños y metas

Estoy convencido que Dios nos creó con las potencialidades para lograr grandes metas y ver colmados los sueños.

No ponga límites a sus capacidades. Someta sus proyectos en manos del Señor (Salmo 37:4, 5) Créale a Dios y dé nuevos pasos cada mañana. Él lo llevará más lejos de lo que usted jamás pueda imaginar.

La edad no es un impedimento para que el Señor lo utilice con poder en la extensión de Su Reino. Basta que usted se decida. Esa no es una determinación que Él debe tomar. Por cierto, Él ya la tomó en la eternidad. Es usted quien debe optar por conquistar grandes metas. Si depende del Creador, Él le dará la victoria.

Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que le abra las puertas de su corazón. Prendidos de Su mano emprenderá el maravilloso camino hacia el crecimiento personal, espiritual y familiar que ha anhelado por años.


* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com Visítelo hoy.

Quizá usted busca una vida renovada y plena. Una vida de realización. Si es así, déjese encontrar por Dios...
Dios nos está buscando. Desea ofrecernos una vida totalmente renovada, que podamos disfrutar a plenitud. Decídase hoy por esa vida plena que sólo en Dios podemos encontrar."
Por Fernando Alexis Jiménez (*) 
Son muchos años, con sus días y sus noches, que se tornan interminables, en los que ha guardado la esperanza de escuchar—una mañana cualquiera—, que alguien toca a su puerta para comprobar con emoción que se trata de su esposa.

Dejó de verla dos días antes del terremoto que destruyó parte de la ciudad de Armenia, en Colombia, el 25 de enero de 1999. Salió sin decir adiós. Estaban peleados y Gerardo pensó que –horas después—llegaría Dora Luz, con quien compartía la vida desde hacía algún tiempo.

Pero todo asomo de ilusión se apagó porque el movimiento telúrico literalmente acabó con la vivienda que compartieron juntos. No quedó nada, salvo una fotografía  que  lleva a todas partes donde pregunta por su esposa. “No ha venido por aquí”, es la respuesta que recibe en todas partes. 

Hay quienes dicen haberla visto en pueblos vecinos, y viaja hasta esos lugares. Sin embargo la búsqueda ha sido infructuosa.

Aspiro encontrarla algún día... y que me explique por qué me abandonó. Quizá lleguemos a un acuerdo. Nuestro hogar era muy bonito”, se limita a responder a todos aquellos que le oyen. La historia se ha convertido en una obsesión para Gerardo. Y confía encontrarla...

Desde que nacimos, hay alguien que desarrolla una incesante búsqueda. Es Dios. Nos busca. Anhela un encuentro personal. Decirnos que, pese a las adversidades y que, aunque pensemos que llegamos al final del camino, todavía hay esperanza.

El Señor Jesús lo dijo a sus seguidores en Palestina: “...el hijo del hombre vino a buscar  y a salvar lo que se había perdido”(Lucas 19:10).

No vino a juzgar, a acusar, a cerrar las puertas. Vino a abrirlas. Y le ofrece hoy la posibilidad de comenzar una nueva existencia. A asumir el reto del cambio con su divina ayuda. No olvide que nunca es tarde para comenzar. Y hoy puede ser su gran oportunidad... No lo olvide: Dios lo está buscando... ¡Déjese encontrar por El... Su existencia no será la misma!

* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com 

Dios nos concibió con todas las potencialidades para ejercer un liderazgo transformador en casa, en el trabajo y en la iglesia. 
Ejercemos un liderazgo transformador cuando permitimos que Jesucristo impacte nuestra vida, y a partir de allí, podamos tocar poderosamente la vida de las personas que nos rodean." 
Por Fernando Alexis Jiménez
Muchas manzanas cayeron en el solar de la inmensa vivienda que habitaba el físico y matemático Isaac Newton, pero sólo una le llevó a perder el sueño, perder el apetito y encerrarse por días enteros --olvidado de todo y de todos-- para esbozar un principio que marcaría un hito en la historia de la humanidad: la Ley de la Gravedad.

La sociedad inglesa no entendía muy bien a qué se refería, y no faltó quien murmuró por lo bajo al paso del científico,  que el cúmulo de ideas que bullían en su cabeza le estaban llevando a perder la razón. Todos veían simplemente una manzana. Y un hecho que había ocurrido por años, desde el momento mismo en que el hombre tuvo conciencia de existir, no revestía para ellos mayor importancia.

Sin embargo, Newton (Inglaterra 1642-1727) sentó las bases para establecer por qué razón un objeto es atraído por uno de mayor volumen, densidad y peso, lo que explica que los astros no anden volando por ahí, y que la luna se haya conservador por siglos fiel a la tierra, siguiendo su rastro... De no existir este principio, el universo sería un caos...

Una aplicación práctica a su vida espiritual...

Si meditamos en este incidente histórico, y lo aplicamos a nuestra vida espiritual, encontraremos la razón por la que muchos cristianos crecen mientras que otros se alejan progresivamente.

Si experimentamos la Ley de Gravedad en nuestra relación con Dios, alcanzaremos nuevas alturas y nuestra vida cristiana será exitosa. 

El Señor Jesús dijo: “Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por si mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi. Yo soy la vida, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer”(Juan 15: 4, 5). 

En cambio, distantes de El no avanzaremos y tenderemos siempre a regresar al caos personal que nos llevo a buscarle...

De la mano con esa intimidad que desarrollamos con Dios, los cristianos ejercemos una influencia transformadora entre quienes nos rodean. Impactamos positivamente a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, a nuestros compañeros de trabajo e, incluso, las personas de la iglesia a la que asistimos. Todo parte de una decisión: Mantenernos asidos a la mano del Señor Jesucristo.

Su vida puede ser diferente, próspera, de éxito por encima de las adversidades. Pero resta que le abra su corazón al Señor Jesús y le permita obrar en su existencia... Gracias a El, llevará mucho fruto que se reflejará en una mejor relación con Dios, con quienes le rodean y consigo mismo... ¡Adelante! Es hora de empezar...

* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com y, junto con su esposa Lucero, pastorean la Misión Edificando Familias Sólidas en Colombia.

Conozca cinco fundamentos bíblicos para ser utilizados por Dios en Su obra. Decídase hoy a ser un instrumento poderoso en el Reino. 
Por Fernando Alexis Jiménez *
Cuando tenemos un encuentro con Jesucristo y emprendemos de Su mano el viaje hacia el crecimiento personal, espiritual y familiar, anhelamos ser utilizados para contribuir en la extensión del Reino de Dios.

¿Esa idea ha pasado por su mente? Probablemente sí. Y toma mucho más fuerza cuando leemos la gran comisión que nos hizo Jesús:

“Y les dijo: Id por todo el mundo; y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi Nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; quitarán serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”(Marcos 16:15-18 | La Biblia de Las Américas)

Leer este pasaje Escritural nos despierta muchas expectativas. Sería maravilloso ser instrumentos para ministrar con poder. ¿No le parece? Es una forma de proclamar a Cristo, que vive y obra en nosotros.

Hay una ruta sencilla que comparto con usted, trazada con fundamento en pasajes de la Biblia:

1. Apártese del pecado

Si desea ser útil en la extensión del Reino de Dios, y ser utilizado por Él con poder, apártese del pecado. Haga suyas las palabras del apóstol Pablo:

“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.  Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.   Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.”(2 Timoteo 2:19-21)

Sin duda Dios quiere utilizarnos poderosamente, pero un paso esencial es limpiarnos de todo peso de pecado. Renuncie a tiempo a todo aquello que le impide avanzar.

2. Arrepiéntase y pida perdón

Puede que usted haya sido un pecado contumaz por años. Y aún, en su condición de cristiano, siga inmerso en el pecado. Arrepiéntase y vuélvase a Dios. El Padre lo perdonará.

En las Escrituras leemos esta declaración poderosa del apóstol Juan: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”(1 Juan 1:9)

Salga del común de la gente. Levántese en victoria, tomado de la mano de Jesús. No siga en la banca. Sea instrumento útil en manos de Dios para la extensión de Su Reino.

Ser santo no es que jamás caigamos en pecado. Sin duda puede ocurrir. Pero si caemos en pecado, debemos levantarnos y volver la mirada a Dios. No una sino cuantas veces sea necesario. Él debe ser el centro de nuestra atención y confianza.

3. Tenga su mirada puesta en Jesucristo

Quien nos llama a servir en el Reino de Dios es Jesucristo. Él es nuestro capitán, y va delante de nosotros para darnos la victoria en cualquier circunstancia.

Cabe aquí recordar lo que enseña el autor sagrado: "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. "(Hebreos 12: 1, 2)

Ser instrumentos útiles en las manos de Dios es posible cuando nuestra mirada está puesta en Jesucristo.

4. Recuerde que usted servirá a Dios entre un pueblo escogido

Servir a Dios en la extensión de Su Reino es un gran privilegio. No podemos tomarlo a la ligera. Es algo extraordinario y gratificante ser instrumentos en Sus manos.

Sobre esa base, no podemos perder de vista el hecho de que Él espera que ministremos en medio de un pueblo escogido y santo:

“… a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”(Efesios 5:27)

Pida a Dios sabiduría para obrar adecuadamente en medio del ministerio al que le llamó a servirle.

5. Disponga su corazón para Dios

Si tiene claro que Dios desea utilizarle con poder y quiere asumir el llamamiento a Su obra, disponga el corazón.

Hacerlo toma como fundamento los siguientes elementos:
Ø  Siga a Jesús, consciente de que Él marca el sendero (Lucas 9:23)
Ø  Permita que Él le muestre cada día la ruta a seguir, mediante el Espíritu Santo obrando en su vida (Romanos 8:11)
Ø  Permita que el Espíritu Santo sepulte en su vida las obras de la carne (Romanos 8:13).
Puedo asegurar que si dispone su corazón para Dios, ejercerá una influencia transformadora entre quienes le rodean y podrá, en el tiempo del Señor, ser útil en Su obra, contribuyendo decididamente a extender el Reino.

Si aún no ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, y leyó este artículo mientras buscaba algún tema en la Internet, le animamos a recibir a Jesús como su Señor y Salvador. Prendido de Su mano emprenderá el maravilloso camino hacia el crecimiento personal, espiritual y familiar. Ábrale hoy el corazón al Hijo de Dios.


* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com Visítelo hoy. 

Dios nos consuela cuando perdemos un ser querido. En Él encontramos paz y sosiego, cualquiera sea la situación. 
Por Fernando Alexis Jiménez *
La pérdida de un ser querido jamás estará dentro de nuestras expectativas inmediatas. Por una extraña razón, inherente al ser humano, pensamos en todo menos en que algo malo pueda ocurrir. En momentos así lo menos aconsejable es abordar a la persona con recomendaciones tales como: “No te preocupes”, “Hay que resignarse”, “A todos nos puede ocurrir”, “No importa, al fin y al cabo la vida sigue”, “Tienes una familia que te ama, y todo volverá a ser normal”, entre otras expresiones.

En momentos así, en los que se confunden las emociones, lo más probable es que la persona reaccione con molestia ante las instrucciones para conservar la serenidad. Incluso, es posible que interprete esos consejos como una manifestación de incomprensión e intolerancia por parte de su interlocutor.

Una inclinación, muy natural, es a querer morirse también. En medio del dolor, el mundo se torna gris y llegan a concebir que nada tiene sentido, ni siquiera la existencia. Pueden incluso razones que nadie alrededor alcanza a imaginar siquiera lo que está experimentando.

Para ser sinceros, usted y yo jamás dimensionamos lo que está sintiendo el otro. Es probable que hayamos pasado por situaciones similares, pero no habremos sentido lo mismo. Recuerde que cada uno tiene su propia forma de asumir los períodos de dificultad. Con ese precedente, lo más aconsejable es permitirle que se desahogue, bien sea hablando o llorando. No interrumpirle, simplemente permitirle que saque todo el dolor que lleva dentro. Es esencial que vivan el duelo particular a su drama.

Una forma eficaz de ayudar a quien está enfrentando el dolor

Cuando alguien atraviesa por el dolor de perder un ser querido, lo esencial es que le brindemos acompañamiento. No juzgarle, señalarle o indicarle qué es lo que debe hacer. Simplemente acompañarle, estar a su lado, que sea que hay alguien que desea brindarle su respaldo.

Otras sugerencias en casos así son:

1. Escuchar sin interrumpir

2. No procurar que cambie de tema

3. Aconsejarle—en caso que haya lugar—pero midiendo mucho cada palabra

4. No colarnos como ejemplo de alguien que sí sabe manejar situaciones traumáticas

5. No imponerle tiempos o un cronograma para que haya resuelto su situación de duelo

6. No espere que la persona resuelva el conflicto de la noche a la mañana

7. En caso que la persona reaccione agresivamente, comprenda que está viviendo un momento difícil
Todos hemos pasado o tal vez atravesaremos por situaciones traumáticas, que desencadenan un conflicto interno.
En nuestra condición de cristianos, es a Dios a quien recurrimos en momentos complejos, para pedirle sabiduría, que nos ayude a encontrar las palabras apropiadas para aconsejar a quien vive una etapa de dolor emocional.
El manejo del dolor emocional a la luz de la Biblia

Las Escrituras, que siempre tienen una respuesta a nuestros interrogantes y nos brindan principios prácticos y sencillos para avanzar hacia la superación de los conflictos, enseña que es natural sentir que todo alrededor se vuelve gris cuando el dolor embarga nuestro corazón. 

El rey David escribió: “El dolor me nubla la vista; ¡se me nubla por culpa de mis enemigos!.”(Salmo 6:7) 

En momentos así, enfrentamos desánimo, y la concepción de que todo en torno nuestro no constituye más que un laberinto sin salida: “¡El dolor y los lamentos acaban con los años de mi vida! La tristeza acaba con mis fuerzas; ¡mi cuerpo se está debilitando!.”(Salmo 31:10)

Aunque los pasajes bíblicos se escribieron muchos siglos antes de que la sicología hiciera los modernos descubrimientos en el manejo de las situaciones de conflicto, los autores sagrados tenían claro que es fundamental el proceso del desahogo: “Cuando pienso en estas cosas, doy rienda suelta a mi dolor. Recuerdo cuando yo iba con la gente, conduciéndola al templo de Dios entre gritos de alegría y gratitud. ¡Qué gran fiesta entonces!.”(Salmo 42:9), sobre todo cuando se experimenta la sensación de amargura, desánimo y profundo dolor, difícil de describir con palabras (Cf. Salmo 39:2; 73:21; 116:3; 119:28)

Rinda su dolor emocional a Dios

El paso más apropiado, tal como lo enseña la Biblia, es entregar a Dios toda nuestra angustia y tristeza: “El Señor le dará fuerzas en el lecho del dolor; ¡convertirá su enfermedad en salud!”(Salmo 41:3) Nuestro amado Padre, promete cuidarnos: “…pues te cubrirá con sus alas y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!”(Salmo 91:4)

Por su parte, el apóstol Pedro recomendó que todos esos sentimientos encontrados, que provocan dolor y desaliento, debemos someterlos al Señor: “Dejad todas vuestras preocupaciones a Dios, porque él se preocupa de vosotros.”(1 Pedro 5:7)

Entregar al Señor todo cuanto nos doblega, no es otra cosa que dejar esos hechos dolorosos en Sus manos y permitir que obre en nuestra existencia, trayendo paz, como dice el apóstol Pablo: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."(Filipenses 4:6, 7)
Le invito a considerar el hecho de que, para el autor, es imprescindible que vayamos al Padre celestial en oración. Volcarle todo cuando hay en nuestro corazón. Es decirle cómo nos sentimos, el temor que nos embarga y el desasosiego que gana terreno. Él nos comprende, no nos cuestiona y abre puertas para encontrar soluciones.
La respuesta, tal como la describe el apóstol Pablo, proviene de Dios y se evidencia en una “paz que sobrepasa todo entendimiento”. Esa paz traerá sosiego a nuestras emociones y nos ayudará a controlar los pensamientos que nos avivan el dolor y la tristeza.

¡Hay salida para el sufrimiento! Está en Dios. Él quiere ayudarnos, pero es necesario que le abramos las puertas del corazón. Vuelva su mirada Él, sin temor, ya que no quedará avergonzado.

* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com que le invitamos a visitar.

El asunto de la vida eterna no lo podemos apreciar con trivialidad. Es más importante de lo que imaginamos. Y debemos tomar una decisión ahora. 
Hay decisiones que no podemos dilatar. La más importante, determinar dónde pasaremos la eternidad. Usted, ¿ya tomó esa decisión? Es hora de hacerlo, hoy."
Por Fernando Alexis Jiménez
El empleado lo miró a los ojos, y con toda la diplomacia del caso, le dijo: “Usted no existe. Está muerto”.

Aníbal Hernández, un pensionado residente en Lima (Perú), sintió que la tierra se hundía bajo sus pies. Todo a su alrededor dio vueltas. No comprendía. ¿Cómo podían decir que estaba muerto, si justamente se encontraba frente al dependiente de aquella oficina?. Se prendió del escritorio para no caer. Aquella le parecía una de sus peores pesadillas y lo que más quería era despertar.

--De acuerdo con la información que tiene el sistema, usted falleció el 23 de noviembre de 1997. Ocurrió en un accidente de tránsito. Así es que, usted no existe...—le insistió el hombre. De esta manera explicaba, con pocas palabras pero con una contundencia abrumadora, que no seguiría recibiendo la mesada.

--No tiene sentido, si hasta el mes pasado recibí mi remuneración, como siempre...—trató de explicar.

--Pues señor, no estoy mintiendo. Mire. Esta es la información que arroja el sistema central. El computador no miente...—argumentó el funcionario, mientras se dirigía a alguien más en la fila:--El siguiente, por favor...—

Aníbal tardó tres meses para comprobar que estaba vivo y que, aquel incidente, no era más que un error informático.

Y usted, ¿ya se decidió por la eternidad?

Este incidente me hizo recordar un hecho de trascendencia: la necesidad de estar inscritos en el libro de la vida. 

Primero el apóstol Pablo en su carta a los Filipenses, capítulo 4, versículo 3, y después el Señor Jesucristo en su mensaje a la iglesia de Sardis, refieren la importancia de figurar en este libro: El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.'' (Apocalipsis 3:5).

¿Qué ocurriría si al morir --e ir a la presencia de Dios-- descubre que usted no figura entre aquellos que son salvos y pasarán la eternidad con El? De seguro no tendrá una nueva oportunidad. Será muy tarde. 

La opción de ser incluido en el registro estaba en la tierra, no en ese lugar que muchos describen como “el mas allá” para referirse a la dimensión espiritual en la que entramos una vez nuestros días llegan a su final...

¿Qué hacer? Aceptar al Señor Jesucristo en su existencia. El murió en la cruz por nuestros pecados y nos hace salvos. Es por  El, gracias a su obra redentora, que podemos ser incorporados al libro de la vida. Tomados de su mano, creceremos espiritualmente, pero lo más importante: tenemos la seguridad de la vida eterna...

Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com

El divorcio no debería ser una opción sino una excepción. Sin embargo, si es inevitable, le tenemos algunos consejos prácticos y saludables.
Nueve consejos que le resultarán muy útiles si, definitivamente, considera que la separación es la única alternativa frente a la crisis matrimonial que está experimentando. También aplican en los casos de noviazgo." 
Por Fernando Alexis Jiménez
Una primera consideración y quizá la más importante: debemos aclarar que en el plan eterno de Dios nunca estuvo agendado el divorcio como una opción. Por el contrario, los planes de nuestro Padre celestial siempre han concebido una familia sólida.

Sobre el particular, nuestro Señor Jesús fue abordado y dio una respuesta clara, que despeja todas las dudas:

“Unos fariseos se acercaron y trataron de tenderle una trampa con la siguiente pregunta: — ¿Se permite que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo? Jesús respondió: — ¿No han leído las Escrituras? Allí está escrito que, desde el principio, “Dios los hizo hombre y mujer” —Y agregó—: “Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido.”(Mateo 19:3-6| NTV)

Sobre esa base, no hay razón para argumentar la separación. Sin embargo y lo digo con tristeza, los seres humanos somos especialistas en buscar excusas, lo que ha llevado a un inusitado número de divorcios en todos los países, durante los últimos treinta años.

¿Y si es inevitable la separación?

El divorcio es inevitable, por supuesto, si luchamos en nuestras fuerzas y dejamos de lado a Dios. Pero si entregamos nuestra vida matrimonial en Sus manos, todo puede ser diferente.  Y el curso de la historia, en el caso de que haya conflictos, puede cambiar si acudimos a la oración.

El problema es que, generalmente, nos dejamos arrastrar por el orgullo. Revise casos específicos de personas que se hayan divorciado en los últimos meses y, sin entrar a juzgar, comprobará que mediaron factores como la falta de diálogo y de perdón, e incluso, no hubo disposición de llegar a acuerdos para mejorar la relación.

Consejos prácticos

Compartimos con ustedes consejos que aplican cuando definitivamente ya no hay nada qué hacer, y quiere cerrar el capítulo con alguien de quien se separó, porque le trajo mala vida, maltratos y el sinnúmero de factores que conducen a un divorcio:

1. Dele tiempo al tiempo. Permita que las heridas emocionales sanen progresivamente, con ayuda de Dios.
2. Decídase a no continuar con una relación tóxica. Si le causa daño, no siga empecinado en lo mismo. Se causará daño y de paso a sus hijos, si los tienen.
3. No espíe a su ex cónyuge. No ande siguiéndole para ver con quién habla o sale, ni tampoco en el correo electrónico ni en las redes sociales. Respete la privacidad del otro y no se mortifique más.
4. Controle sus emociones si vuelve a tener contacto con su ex cónyuge. No se deje arrastrar por la rabia, el resentimiento o cualquiera otra motivación dañina que le puede llevar a enfrentamientos.
5. Tome la decisión de perdonar a su ex cónyuge y pídale ayuda a Dios para avanzar en ese proceso.
6. No se altere ni permita que le hagan perder los estribos los comentarios de su ex pareja. Pídale a Dios sabiduría para controlarse.
7. Deshágase de todos aquellos recuerdos que le generan dolor y que tienen como origen la convivencia en pareja.
8. Renuncie a todo propósito de venganza o de tomar justicia por su mano.
9. No se involucre rápidamente en una nueva relación sentimental. Pídale a Dios sabiduría en ese aspecto.

No se desprenda de la mano de Dios

En todo momento y bajo todas las circunstancias, no se desprenda de la mano de Dios. Pídale guianza antes de tomar la decisión de separarse. Y si se produce el divorcio, fortalézcase en Él para reiniciar una nueva vida.

Insisto: No se involucre rápidamente en una nueva relación. Dele lugar al Padre celestial para que Él acomode las cosas, incluso en un aspecto tan importante como es su vida sentimental.  

Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Ábrale las puertas de su corazón a Jesús. Él traerá transformación a su vida personal, espiritual y familiar. Permítale que entre hoy a su corazón.

© Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com

La pornografía destruye nuestra vida personal, espiritual y familiar. Sólo Cristo nos hace libres. 
Por Fernando Alexis Jiménez *
Está comprobado científicamente que la pornografía genera adicción y que está íntimamente ligada con una alta carga de compulsión hacia prácticas sexuales repetitivas y cada vez más extremas. 

¿Cuál es la relación? El cerebro, que es el más poderoso órgano de nuestro cuerpo, se ve afectado por las imágenes pornográficas, lo que a su vez genera un estímulo exacerbado del deseo sexual. La reacción química que se produce es distinta de la que desencadena el amor profundo y la atracción a largo plazo.

Como recordará, cuando hay atracción natural, una de las sustancias que se genera es la oxitocina, responsable de anidar sentimientos de conexión, unión y cariño. Esta sustancia se produce y libera en el cerebro cuando abrazamos a nuestra esposa o hijos, y cuando una madre esta lactando a su bebe. También hay otros, como la serotonina y la Adrenalina, que juegan un papel de soporte. Pero es en esta caja de pociones de amor que la pornografía se mueve.

Es así que al exponernos a imágenes con contenido sexual, se liberan altas cargas de dopamina, un neurotransmisor que provoca intensa energía, euforia, atención focalizada, y motivación para conseguir premios—representados por más y más dopamina--. Se produce literalmente una adicción. 

Ahora, sobre estimular el cerebro con altas dosis de dopamina hará que el cerebro se adapte e incremente los niveles de tolerancia. El resultado de aumentar la tolerancia es la de sensibilización, algo similar a lo que los alcohólicos o drogadictos experimentan después de un repetido uso y abuso de su droga de elección.
¿Comprende la gravedad del asunto? La pornografía ata. Se constituye en un vicio del que resulta muy difícil de salir libre. ¿Quién está detrás de esta adicción? No necesitamos mucho para descubrirlo: Satanás.
La pornografía y la inmoralidad atrapan a las personas

En el magistral capítulo siete del libro de los Proverbios, el rey Salomón describió de qué manera nuestro Adversario espiritual procura envolver en una peligrosa red a las personas, hasta el punto de llevarlas a una espiral sin fondo:

“Me puse a ver a los inexpertos, y entre los jóvenes observé a uno de ellos falto de juicio. Cruzó la calle, llegó a la esquina, y se encaminó hacia la casa de esa mujer. Caía la tarde. Llegaba el día a su fin. Avanzaban las sombras de la noche. De pronto la mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia de una prostituta y con solapadas intenciones. (Como es escandalosa y descarada, nunca hallan sus pies reposo en su casa. Unas veces por las calles, otras veces por las plazas, siempre está al acecho en cada esquina.) Se prendió de su cuello, lo besó, y con todo descaro le dijo: «Tengo en mi casa sacrificios de comunión, pues hoy he cumplido mis votos. Por eso he venido a tu encuentro; te buscaba, ¡y ya te he encontrado! Sobre la cama he tendido multicolores linos egipcios. He perfumado mi lecho con aroma de mirra, áloe y canela. Ven, bebamos hasta el fondo la copa del amor; ¡disfrutemos del amor hasta el amanecer! Mi esposo no está en casa, pues ha emprendido un largo viaje. Se ha llevado consigo la bolsa del dinero, y no regresará hasta el día de luna llena.» Con palabras persuasivas lo convenció; con lisonjas de sus labios lo sedujo. Y él en seguida fue tras ella, como el buey que va camino al matadero; como el ciervo que cae en la trampa, hasta que una flecha le abre las entrañas; como el ave que se lanza contra la red, sin saber que en ello le va la vida..”(Proverbios 7:7-23, Nueva Versión Internacional)

Sutileza, engaño, destrucción. Tres peligrosos componentes que se unen y convergen en una estrategia de Satanás: destruirnos mediante hábitos que –si lo permitimos—terminan dominándonos.

Un joven me escribió desde Chicago para relatarme su drama: no podía escapar de la pantalla de su portátil. Pasaba largas horas, especialmente cuando comprobaba que sus padres dormían, frente a imágenes de pornografía. “Muchas veces me encontraron las primeras luces del día viendo fotografías de desnudos.”, describía.

Aumento de la consulta de porno en la Internet

En la década de los 30’s del siglo pasado, la pornografía se popularizó en revistas, especialmente en Europa y Estados Unidos, gracias a enormes emporios de publicaciones. Desde 1991 entró a formar parte de una de las ofertas de la Internet.

Semanalmente alrededor de 60 millones de personas visitan sitios pornográficos de la red. El promedio mensual de exposición individual a este material disponible en la red, fue de 60 minutos.

El mayor volumen de consultantes son personas mayores de 50 años, seguido por un segmento que va entre personas de los 20 a 35 años y un tercer grupo de usuarios entre los 35 y 50 años. 

¿Atado a la pornografía? Es tiempo de escapar

Cuando alguien se torna adicto a la pornografía, sea cual fuere su género, debe tener claras dos cosas: la primera, que se trata de una sutil atadura de Satanás a través de la cual logra establecer fortalezas en la mente de la persona y desde allí, controla sus deseos. La segunda, que el material pornográfico está ligado a prácticas ocultistas.

El asunto lo aborda la Biblia cuando advierte: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.”(Deuteronomio 18:10-12)

Recuerde que estar atado por la pornografía es una forma de idolatría, práctica que es considerada por Dios como abominación.

La pornografía, una forma de idolatría

El profeta Malaquías se refirió al destino de los idólatras y aquellos que caen en las prácticas que están en abierta oposición a los postulados que nos trazó Dios: “Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.”(Malaquías 3:5)

Todo aquello que nos relacione con la idolatría o la hechicería—recuerde que hemos mirado la estrecha relación entre la pornografía y la adoración ocultista y satánica—acarrean juicio.

El apóstol Juan lo señala de manera contundente al escribir: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”(Apocalipsis 21.8), y también: “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.”(Apocalipsis 22:15)

Desconozco cuál sea su realidad, pero si ha estado inmerso en la pornografía, lo invito a reflexionar sobre la necesidad de escapar hoy mismo de toda red del mundo de las tinieblas. Es posible ser libre alcanzar esa libertad con el poder de nuestro amado Salvador Jesucristo.

Es la hora de escapar de la pornografía

Usted debe examinarse. Si busca cada vez más nuevas experiencias con la pornografía que satisfagan su necesidad de dopamina, lo más probable es que haya caído en la trampa del enemigo.

Recuerde que el tiempo, como se necesitará mayor estimulación sexual para conseguir el mismo placer, el adicto empieza a buscar nuevas y diferentes formas de incrementar los niveles de producción de dopamina. Cambiara las revistas por vídeos, sexo en pareja por sexo en grupo, grotescos actos sexuales que antes eran impensables que concebirá como "normales" y dejara de ser un observador para convertirse en un participante.

Los niveles de la adicción

La adicción a la pornografía tiene sus niveles. Hay quienes consideran que no pueden vivir sin consultar páginas, filmes o publicaciones con contenido pornográfico. Otross consultan de manera “eventual” algún material de este género y los que están apenas adentrándose en este mundo. Si no paran a tiempo y le rinden su ser a Jesucristo, terminarán bajo terribles ataduras.

Su distanciamiento de Dios será progresivo, hasta descubrir que están muy lejos de Él, como describe el apóstol Pablo. “Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”(1 Corintios 6:8-10)

En su primera carta a su fiel discípulo Timoteo escribe: “…conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.”(1 Timoteo 1:9-11)

Si deseamos emprender una vida renovada, tomados de la mano del Señor Jesucristo, hay un lastre del que debemos escapar con Su divina ayuda: la pornografía. Él nos concede la fortaleza para lograrlo. 

Es posible romper las cadenas

Hoy es el día para escapar. Recuerde que el amado Señor Jesús dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”(Juan 8:32)

No importa cuán bajo haya caído en las ganas de la pornografía. Puedo asegurarle que si rinde su debilidad a Jesucristo y le permite que tome el control del problema, no solo se romperán las cadenas sino que podrá ser libre, tal como lo anhela.

El rey Salomón, refiriéndose a las trampas del enemigo espiritual que él ilustra con la mujer adúltera, escribió: “Así que, hijo mío, escúchame; presta atención a mis palabras. No desvíes tu corazón hacia sus sendas, ni te extravíes por sus caminos, pues muchos han muerto por su causa; sus víctimas han sido innumerables. Su casa lleva derecho al sepulcro; ¡conduce al reino de la muerte!.”(Proverbios 7:24-27, Nueva Versión Internacional)

Es necesario permanecer alerta y hoy, que hay oportunidad de escapar, hacerlo. Ser libre de las cadenas que le amarran a la maldad de la pornografía.

Si no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día oportuno para que le abra las puertas de su corazón. Él traerá libertad a su vida, pero además, le concederá iniciar la maravillosa experiencia de crecimiento personal, espiritual y familiar.
* Fernando Alexis Jiménez es director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com que le invitamos a visitar.

Descubra y aplique 7 principios que le permitirán materializar sus sueños
Por Fernando Alexis Jiménez
La frontera que separa a quienes logran grandes metas de los que se sumen en la derrota, la determinan siete factores que hoy compartimos con usted.

Los aprendemos a partir de la Biblia. Están contenidos en el primer capítulo del libro de Josué, que relata la preparación del pueblo de Israel para conquistar la tierra prometida.

Como sin duda querrá descubrir estos siete principios contenidos en las Escrituras, le animamos a leerlos, meditar en ellos e interiorizarlos. Podemos asegurarle que los resultados serán sorprendentes.

1. Levántese de la banca y actúe

Un hombre o una mujer que desean moverse bajo la visión de Dios para sus vidas, deben estar atentos a la voz de Dios.

¿Cómo es posible? Mediante el desarrollo de una sensibilidad para escucharle, cuando leemos las Escrituras y oramos diariamente. Es la forma de no confundir el rumor y el ruido de la cotidianidad, con una instrucción que viene del Señor.

Josué aprendió el secreto de los triunfadores. Escuchó a Dios. Se levantó de la banca. No quiso ser uno más en el montón. Sabía que su vida tenía un propósito, estaba decidido a cumplirlo.
El pasaje bíblico del llamamiento que recibió, relata lo siguiente:

“Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, el Señor habló a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés. Le dijo: «Mi siervo Moisés ha muerto. Por lo tanto, ha llegado el momento de que guíes a este pueblo, a los israelitas, a cruzar el río Jordán y a entrar en la tierra que les doy. ” (Josué 1:1, 2 | NTV)

Dios no desperdiciará jamás nuestras potencialidades. Desea utilizarnos hasta llevarnos al máximo de nuestras capacidades. Elevarnos a nuevos niveles. Basta que dispongamos nuestro corazón. Ese es el primer paso.

2. Dispóngase a conquistar grandes metas

No puedo concebir a un Dios que sueña grandes sueños, esperando algo menos de sus hijos. Créale a Él. Si escuchó su llamado, muévase en fe. Conquiste grandes metas. No se quede sumido en el ostracismo de los diminutivos iglesita, ministerio pequeño, casita, carrito, trabajito. Esos diminutivos nos impiden avanzar a donde los demás no han llegado.
Dios fue claro cuando habló con Josué:

“Te prometo a ti lo mismo que le prometí a Moisés: “Dondequiera que pongan los pies los israelitas, estarán pisando la tierra que les he dado: desde el desierto del Neguev, al sur, hasta las montañas del Líbano, al norte; desde el río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo,  al occidente, incluida toda la tierra de los hititas”. (Josué 1: 3, 4)

Los planes de Dios para cada uno de nosotros, son grandes y maravillosos (jeremías 29.11). ¡No le ponga impedimentos a Dios con sus temores o falta de fe!

3. Confíe en el acompañamiento de Dios

Cuando Dios nos llama a cumplir una misión, Él no solamente nos presenta la visión sino que suministra la provisión para que podamos cumplirla, y en tercer lugar, nos ofrece la bendición, es decir, prospera nuestro camino.

El llamamiento de Josué incluyó la promesa divina: “Nadie podrá hacerte frente mientras vivas. Pues yo estaré contigo como estuve con Moisés. No te fallaré ni te abandonaré.”(Josué 1.5)

Puede que el desafío de cumplir la misión de Dios en nuestras vidas, parezca muy grande. Pero cuando nos apropiamos de su promesa y confiamos que estará con nosotros, que no nos faltará y no nos dejará solos cualesquiera sean las circunstancias, podemos dar nuevos pasos de fe. La clave de todo radica en la confianza plena.

4. Sea fuerte y valiente en la conquista de grandes metas

Hay quienes escuchan la voz de Dios. Hasta ahí, bien el asunto. El segundo es un poco más complicado: dar pasos hacia adelante. En esa etapa es donde se estancan. Esperan que todo caiga del cielo, como el maná. Y si algo demanda Dios de sus hijos, es que pongan de su parte.

Le invito a leer cómo prosigue el relato sobre la comisión a Josué. Dios le dijo: “Sé fuerte y valiente, porque tú serás quien guíe a este pueblo para que tome posesión de toda la tierra que juré a sus antepasados que les daría. Sé fuerte y muy valiente…” (Josué 1: 6, 7 a)

El Señor enfatizó en dos palabras: fortaleza y valentía. Requiere nuestro compromiso y disposición de corazón.

5. Permanezca fiel a Dios

Dios es la fuente de nuestro poder. Él nos provee la fortaleza para conquistar grandes metas. No somos usted y yo con nuestras capacidades. Aun cuando ayudan mucho, no son suficientes. La ayuda divina es la que dinamiza nuestras potencialidades.

Ahora, si nuestras potencialidades provienen de Él, debemos serle fieles. Es lo que espera de nosotros, como se lo advirtió a Josué:

“Ten cuidado de obedecer todas las instrucciones que Moisés te dio. No te desvíes de ellas ni a la derecha ni a la izquierda. Entonces te irá bien en todo lo que hagas. Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.”(Josué 1: 7 b, 8)

La Biblia es el libro de los triunfadores. Nos provee pautas sencillas, prácticas pero al mismo tiempo eficaces en dirección al cumplimiento de la misión y la conquista de grandes metas.

Un principio muy valioso es ir diariamente a sus páginas, leer sus enseñanzas e interiorizarlas. A través de las Escrituras, el Señor nos orienta sobre los pasos a seguir.

6. Deje de lado el temor y el desánimo

Dos factores que llevan a la derrota son el temor y el desánimo. Si permitimos que nos gobierne el miedo, nos paralizaremos; si el desánimo nos asalta, y le damos cabida, no perseveraremos en camino hacia la meta.

Dios instruyó a Josué sobre estos dos peligros: “Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”.”(Josué 1: 9)

Si nuestra confianza está cifrada en Dios, siempre avanzaremos bajo la convicción de que ningún obstáculo nos detendrá; y si los inconvenientes salen al paso, los superaremos con la ayuda poderosa del Señor que nos acompaña en todo momento.

7. Ore a Dios cada día

La oración es fundamental en la conquista de grandes metas. Cuando hablamos con Dios, recibimos guía, fortaleza y nuevas capacidades para cumplir con la misión y obtener logros que parecían imposible.

Si considera tener un corazón de triunfador, si ha escuchado la voz de Dios, jamás deje de orar. Permita que se convierta en un principio de vida tan importante como respirar, caminar o alimentarse.

Es hora de comenzar

Hoy es el principio de una nueva vida. Esa existencia renovada que siempre ha anhelado. Defina metas con ayuda de Dios en su vida personal y familiar. Sométalas a Dios (Salmo 37: 4, 5).
Si confía en el Señor, Él hará su parte. Llegará a niveles sospechados. Verá colmados los anhelos de su corazón.

Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que tome la decisión. Prendidos de Su mano poderosa emprendemos el maravilloso viaje hacia nuestro crecimiento personal y espiritual. Decídase hoy por Jesús en su corazón.

Le animamos a visitar diariamente el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com 

Solamente con ayuda de Dios podemos vencer e imprimir cambios a nuestra vida emocional. Es un proceso que le permitirá vivir a plenitud. 
Fernando Alexis Jiménez
La gresca comenzó con una botella vacía. El recipiente cruzó con fuerza la distancia que separaba a los hinchas de los dos equipos de fútbol. Restaban quince minutos para que los jugadores saltaran a la cancha y dieran comienzo a un enfrentamiento amistoso de noventa minutos. Unos gritaban, otros proferían amenazas y un reducido grupo seguía con sus ojos, paso a paso, el desenvolvimiento de los acontecimientos.

El artefacto cayó sobre el costado de una espectadora. Su acompañante acudió en su auxilio mientras que tres curiosos respondieron a la provocación arrojando botellas. En cuestión de segundos el estadio europeo se convirtió en un campo de batalla. Los ataques iban y venían. Muchas personas comenzaron a correr hacia la salida de emergencia.

La tragedia no se hizo esperar. La ola humana no tenía control. Los pocos agentes de policía que custodiaban el lugar se vieron impedidos para hacer algo. Hacia ellos también llovían piedras y objetos pesados. La aglomeración de público en las puertas era descomunal…

Las autoridades tardaron tres horas en despejar el lugar. Cuando retornó la calma, el inventario arrojó un saldo de cuarenta personas muertas. “Es lamentable que todo haya comenzado con alguien irresponsable que arrojó una botella”, comentó el inspector Adolph Blaisse al entregar un informe a los periodistas.

¿Cómo se desatan las tormentas?

Muchos de los grandes problemas comienzan con hechos pequeños. Una trifulca de la que usted tenga memoria, seguramente inició por una insignificancia. El problema radica en no saber manejar esos incidentes superficiales, darles trascendencia y dimensionar las circunstancias hasta desatar una tormenta en un vaso de agua.

¿Le ha ocurrido alguna vez? Probablemente si y, también, se ha arrepentido de sus reacciones airadas. En el libro de los Proverbios leemos que: “El hombre iracundo promueve contiendas; el que tarda en airarse apacigua la rencilla”(Proverbios 15:18).

El “iracundo” reacciona agresivamente, tanto física como verbalmente o la conjunción de las dos, porque se siente agredido ante cualquier término, gesto o planteamiento que va en contravía de sus propias concepciones. Puede que el interlocutor no quiera ofenderlo, sin embargo lo interpreta de acuerdo con sus propios parámetros.

No se deje arrastrar por la ira

Si en circunstancias que aparentemente desencadenan tormentas y problemas interpersonales, tomáramos la decisión de callar, guardar la calma y meditar las consecuencias que se deriven de nuestras reacciones, sin duda nos ahorraríamos muchos problemas.

El texto bíblico que ilustra nuestra meditación advierte y aconseja “el que tarda en airarse apacigua la rencilla”(Proverbios 15:18).

Tardar en airarse implica disciplina y sensatez. Disciplina para aprender a escuchar a los demás y sus inquietudes, sin que sus planteamientos nos muevan el piso, y sensatez para comprender que no podemos permitir que hechos intrascendentes nos roben la tranquilidad.

Dos principios claros para que aplique desde hoy: el primero, no dar trascendencia a pequeñeces, y el segundo, como lo enseña este versículo bíblico, es razonar cuidadosamente y medir con calma la situación antes de reaccionar. Sin duda evitará muchos dolores de cabeza, no romperá abruptamente con sus amistades, tendrá paz en su corazón y, evidenciará con sus actos, que Dios ha comenzado a obrar en su vida.

Una decisión que quizá le falta

Es probable que razone sobre lo incontrolado de su existencia. Reacciona airadamente por cualquier cosa y convierte en una tormenta hechos insignificantes. ¿Qué necesita? Dominio propio y, ése dominio propio lo alcanzará cuando vuelva su vida a Jesucristo.

No podemos dejar pasar la ocasión sin antes invitarle para que le permita al Señor Jesús entrar en su corazón ¿De qué manera? Dígale: “Señor Jesucristo, reconozco mis pecados y que tú perdonaste en la cruz todas mis culpas para darme una nueva oportunidad. Entra a mi vida y haz de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén”

Si tomó esta determinación, lo felicitamos. Ahora le sugerimos que inicie una íntima relación con Dios mediante la oración; que comience a congregarse en una iglesia cristiana y que estudie la Palabra cada día para edificarse personal y espiritualmente.

* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com 

MKRdezign

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con la tecnología de Blogger.
Javascript DisablePlease Enable Javascript To See All Widget