enero 2019

Estamos llamados a dar pasos sólidos, prendidos de la mano de Dios, hacia la recuperación de nuestra relación conyugal.


Lectura Bíblica: Josué 1:1-9

La decisión sobre el curso que seguirá la relación conyugal no es más que suya. Puede optar por uno de los siguientes caminos: dar pasos hacia el cambio, quedarse sumido en el estancamiento o, en el peor de los casos, precipitarse hacia el abismo.

Ahora bien, ¿por qué razón es posible dar nuevos pasos? Porque si Cristo Jesús gobierna nuestra vida y familia, somos nuevas criaturas, con capacidad de cambiar nuestros pensamientos y acciones (Lea Romanos 12:1, 2; 2 Corintios 5:17; 2 Corintios 3:18)

Dejamos de lado el “Juego de la culpa” que consiste en buscar responsables de cómo nos encontramos hoy y de lo que nos está ocurriendo. Recuerde: No podemos convertirnos en una réplica o caja de resonancia de cuanto vivimos a nivel familiar desde nuestra niñez.

·         Hoy defino conscientemente lo que será de mi familia mañana.
·         En adelante, no voy a justificarme por mis errores o decisiones equivocadas.
·         El proceso de transformación demanda dos componentes valiosos en mi vida: esfuerzo y valentía (Josué 1:1-9)
·         No voy a rendirme fácilmente. En el proceso voy a fortalecerme en Dios.
·         Tendré siempre en cuenta que los cambios que asuma, influenciarán de manera positiva en mi cónyuge e hijos.


EJERCICIO Nro. 1


SÓLO USTED TIENE EN SUS MANOS EL CAMBIO

La decisión de cambiar es suya. Es un aspecto sobre el que deseamos hacer especial énfasis porque contribuirá decididamente en el proceso. Incluso, Dios respeta nuestra decisión, cualquiera que sea.

Sobre esa base, decidirnos por el cambio, implica:

·         Acepto mis responsabilidades pasadas, presentes y futuras, poniendo todo mi empeño en no herir emocionalmente a mi cónyuge.
·         Jamás volveré a culpar a mi cónyuge por las situaciones que estoy viviendo hoy.



EJERCICIO Nro. 2


EL VALOR DEL PERDÓN

Perdonar a nuestro cónyuge y, de paso, perdonarnos a nosotros mismos, reviste suma importancia. Para que tengamos una comprensión de su valor en nuestra vida emocional y espiritual, le invitamos a consultar los siguientes versículos bíblicos y anotar, al lado, de qué manera le habló Dios en lo que respecta a usted mismo y a su relación conyugal.

1 Juan 1:9

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Hebreos 12. 1, 2

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2 Corintios 7:10

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Filipenses 3:13, 14

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Recuerde siempre que el Señor Jesucristo nos hizo libres de toda atadura cuando murió por nosotros en la cruz. Lea Colosenses 2:13-15 y escriba de qué manera aplica a su vida y a su relación conyugal:

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Lleve a la cruz todos los errores cometidos desde el pasado, perdone y reciba el perdón divino. ¡Es tiempo de comenzar una nueva vida personal y conyugal!

NO VIVA ATRAPADO EN EL AYER

Es cierto, todo pudo haber sido distinto y mejor. Pero no lo fue. Seguir añorando que las cosas hubiesen sido distintas, es perder el tiempo. No podemos vivir atados al ayer.

El propósito de Dios no es que sigamos estancados en el mismo lugar (Efesios 4: 14, 15)

EJERCICIO Nro. 3


Reavivar el amor en la vida conyugal no es fácil. No se desaliente si no encuentra acogida o enfrenta reacciones negativas. Persevere. Hágalo, prendido (a) de la mano de Dios (Jeremías 17:7, 8; Salmo 56:3; 62:7)

 (C) Fernando Alexis Jiménez - Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)

EJERCICIOS PARA LOS PARTICIPANTES EN EL SEMINARIO

Conferencia: “No vida atado a su pasado”


EJERCICIO Nro. 1

Identifique tres aspectos de su relación conyugal que está dispuesto (a) a cambiar. Tenga claridad del por qué debe hacerlo. Puede escribirlas a continuación. Fíjese la meta de orar a Dios, cada día, por esos propósitos de cambio:

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EJERCICIO Nro. 2

Identifique tres errores que, usted reconoce, cometió en el pasado y que han influido en su relación conyugal, en la mayoría de los casos para mal. ¿Se siente culpable? Tome unos minutos para pedirle a Dios en oración, que traiga perdón a su vida y que usted mismo pueda perdonarse.

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EJERCICIO Nro. 3

Identifique tres instantes maravillosos que haya compartido con su pareja. Probablemente fueron muy especiales pero, en ese momento, los pasó por alto, no los aprovechó o no los valoró como debiera. Fíjese la meta de decirle a su cónyuge: “Gracias por este momento…” Haga así con cada uno de los que identificó.







La crisis conyugal no se produce de la noche a la mañana. Obedece a un proceso sobre el cual debemos tener especial cuidado. 


Lectura inicial: Eclesiastés 4:9-12.

La unidad matrimonial y marchar hacia un norte común es lo único que garantiza que una relación sobreviva. No obstante, hay muchos factores que inciden negativamente y, silenciosa pero progresivamente, pueden conducir a la separación emocional y física.

¿ES POSIBLE ENCONTRAR UNA SALIDA AL LABERINTO?

Por supuesto que sí. Es un proceso, no algo que se logra de la noche a la mañana. El viaje que estamos próximos a emprender en la búsqueda de afianzar la relación matrimonial y evitar que siga camino al abismo, gira alrededor de tres ejes:

  • Reconocer que jamás nada, con ayuda de Dios, está perdido si reconocemos el error.
  • Asumir la responsabilidad que nos asiste en la crisis. No culpar al otro.
  • Disponernos a hacer cambios, en lo que nos compete.

El entorno familiar del que provenimos incide en nuestro presente, pero no es determinante en el futuro de nuestra familia, a menos que lo permitamos.

EJERCICIO 1

Reflexione en los factores que vivió en su niñez, adolescencia y juventud al interior del hogar. ¿Cree que han afectado su vida conyugal y familiar en general? Haga un recuento mental y piense qué debería corregir, con ayuda de Dios.

Por supuesto, está atravesando problemas, pero jamás pierda de vista que con ayuda del Señor Jesucristo podemos salvar nuestro matrimonio (Lea Salmos 18:29-31; Filipenses 4:13)

SEÑALES DE ALARMA DE QUE VIENE UN DIVORCIO EN CAMINO

Hay varias señales. Desafortunadamente, no les prestamos atención. Llegan despacio, pero sus consecuencias son devastadoras. Anticipan un divorcio. Las descubrimos a continuación. Si identifica una en su relación conyugal, márquela:

EJERCICIO 2

Problemas sicológicos de un cónyuge                   Dificultades de comunicación
Hábitos dañinos (adicciones)                                             Conflictos financieros
Infidelidad                                                                Diferencias espirituales
Falta de contacto físico                                            Falta de respeto mutuo
No hay metas comunes                                          Orgullo
Falta de confianza                                                   Falta de perdón
Mal manejo de los conflictos                                              Diferencias por la crianza de los hijos

UN ALTO EN EL CAMINO

Salvar el matrimonio comienza, entonces, de un análisis cuidadoso de cómo está la situación hoy. Reconocer que se ha fallado, quizá perdiendo mucho tiempo. Pero, también, sin perder de vista que todavía hay esperanza.


EJERCICIO 3

Si tuviera que definir hoy su relación conyugal, ¿cómo la identificaría? Marque la que considera, retrata si su relación es…

Está en crisis                         Hiriente                                 Amorosa
Necesita ayuda                     Ofensas mutuas                   Inestable                   
En crecimiento                     Insoportable                          Dolorosa
Muchos resentimientos       Una relación madura                       Otra: ______________

Determinar dónde nos encontramos ahora, nos ayudará a saber qué pasos debemos dar con ayuda de Dios.              

Determinar dónde nos encontramos ahora, nos ayudará a saber qué pasos debemos dar con ayuda de Dios.  

Tenga en cuenta que cualquier relación conyugal, aun cuando atraviese por su peor momento, puede salir adelante y crecer. O puede empeorar si usted es consciente del problema, pero no hace nada para resolverlo.

TRES CLASES DE AMOR, SEGÚN LA BIBLIA

1.- Amor Ágape.- El que tiene Dios por nosotros (Juan 4:10, 19). Un amor infinito, sacrificial, perdonador.
2.- Amor Fileo.- Es el amor fraternal, por ejemplo el que expresamos a nuestros padres, hermanos, amigos cercanos (1 Corintios 4:17; 1 Tesalonicenses 2:7; Filemón 1:9)
3.- Amor Eros.- El que manifestamos a nuestro cónyuge (Cantares 7:6-9)

Si bien es cierto, son muy diferentes, deben cultivarse.

UNA DEFINICIÓN BÍBLICA DEL AMOR

Lectura Bíblica. 1 Corintios 13:1-7

En la lectura aprendemos que:

  • Una espiritualidad sin amor, es vacía (vv. 1, 2)
  • Una vida de entrega y sacrificio sin amor, es improductiva (v. 3)

Reflexione en los versículos del 4 al 7. ¿Cree que está aplicando todo cuanto dice allí? ¿En qué casos sí y en cuáles no lo hace? Explíquelo, por favor, de la manera desprevenida posible.

¿Cómo se encuentra su matrimonio ahora? Si los problemas son pocos, podrán resolverse fácilmente. Si son graves, ¡todavía hay esperanza! (Lea Marcos 9:23; Juan 11:40)

La mejor decisión, siempre, es hacer un alto en el camino y, con ayuda de Dios, decidirnos a imprimir cambios en nuestra forma de pensar y de actuar.

Nunca pierda de vista el hecho de que a menudo, nuestras actitudes y conductas son las que refuerzan los aspectos negativos en la relación conyugal.

¿Qué actitudes y conductas cree que debería cambiar en la relación con su cónyuge? Escríabalas a continuación:
Hay situaciones conflictivas que se tornan recurrentes en la relación matrimonial. El verdadero problema estriba en no identificarlas y, por tanto, en no corregirlas. Compartimos con usted algunas de ellas. Trate de identificar cuáles se presentan en su vida conyugal:

  • Diferencias de opinión                    
  • Malas decisiones                 
  • Problemas de intimidad
  • ¿Cuál otra?

DOS CLASES DE CÓNYUGE

Camino a la resolución de los conflictos, es necesario que nos ubiquemos en cuál tipo de cónyuge somos hoy:

  • Reactivo. El que culpa a su pareja por los problemas. No asume su propia cuota de responsabilidad.
  • Proactivo. Reconoce su participación en la crisis, con errores que pueden ser corregidos.

¿CUÁNDO SALIMOS DE LAS CRISIS?

No, todavía no hemos avanzado lo suficiente, pero sí podemos ver un vislumbre de que todo puede cambiar a nuestro favor. ¿Cuándo? Cuando le damos al Señor Jesucristo el primer lugar en nuestra familia. Dios todo lo cambia (Lea Job 22:21-30)

ü  Podremos atesorar Su Palabra
ü  Tendremos paz
ü  Nos irá bien en todo
ü  Alejaremos de casa los problemas
ü  Seremos prosperados
ü  Dios escuchará nuestras oraciones
ü  Dios nos guiará en el camino a seguir

El cambio en la relación matrimonial comienza con cada uno de nosotros. No depende de nuestro cónyuge ni tampoco de las circunstancias. Y es el momento de comenzar. No podemos perder tiempo en este propósito.

(C) Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com y, junto con su esposa Lucero, son pastores en la Misión Edificando Familias Sólidas en Cali, Colombia.  
  
HOJA DE TRABAJO PARA EL PARTICIPANTE – PRIMERA CONFERENCIA

EJERCICIO 1

Reflexione en los factores que vivió en su niñez, adolescencia y juventud al interior del hogar. ¿Cree que han afectado su vida conyugal y familiar en general? Haga un recuento mental y piense qué debería corregir, con ayuda de Dios.

EJERCICIO 2

Hay varias señales. Desafortunadamente, no les prestamos atención. Llegan despacio, pero sus consecuencias son devastadoras. Anticipan un divorcio. Las descubrimos a continuación. Si identifica una en su relación conyugal, márquela:

Problemas sicológicos de un cónyuge                   Dificultades de comunicación
Hábitos dañinos (adicciones)                                             Conflictos financieros
Infidelidad                                                                Diferencias espirituales
Falta de contacto físico                                            Falta de respeto mutuo
No hay metas comunes                                          Orgullo
Falta de confianza                                                   Falta de perdón
Mal manejo de los conflictos                                              Diferencias por la crianza de los hijos

EJERCICIO 3

Si tuviera que definir hoy su relación conyugal, ¿cómo la identificaría? Marque la que considera, retrata si su relación es…

Está en crisis                         Hiriente                                 Amorosa
Necesita ayuda                     Ofensas mutuas                   Inestable                   
En crecimiento                     Insoportable                          Dolorosa
Muchos resentimientos       Una relación madura                       Otra: ______________

Determinar dónde nos encontramos ahora, nos ayudará a saber qué pasos debemos dar con ayuda de Dios.              

EJERCICIO 4

Reflexione en los versículos del 4 al 7 de 1 Corintios 13. ¿Cree que está aplicando todo cuanto dice allí? ¿En qué casos sí y en cuáles no lo hace? Explíquelo, por favor, de la manera desprevenida posible:

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¿Cómo se encuentra su matrimonio ahora? Si los problemas son pocos, podrán resolverse fácilmente. Si son graves, ¡todavía hay esperanza! (Lea Marcos 9:23; Juan 11:40)

EJERCICIO 5

¿Qué actitudes y conductas cree que debería cambiar en la relación con su cónyuge? Escríabalas a continuación:



Es importante hacer un alto en el camino y evaluar cómo anda nuestra relación conyugal. Es un paso fundamental para encontrar soluciones. 

Por Fernando Alexis Jiménez

Hace poco tiempo una pareja que solicitó recibir la bendición matrimonial bajo la cobertura de la denominación en la que pastoreo, cuestionó mis reflexiones sobre el paso que estaban a punto de dar.

“¿Pareciera que usted pretende disuadirnos del compromiso?”, me dijo la futura esposa.

No estaban lejos de la realidad. Una y otra vez les insistí que no sabían nada el uno del otro. Recién llevaban unos pocos meses, todos rodeados de “buenos momentos” y pretendían saber todo lo que debían, de tal manera que deseaban compartir el resto de su existencia junto a la otra persona.

--Deben meditar cuidadosamente en su decisión, que, si la adoptamos bajo la bendición de Dios, debe ser permanente…--, les recomendé.

Por supuesto, no solo a ellos. A todos ustedes hoy si están en planes de casarse. La exhortación tiene como fundamento una realidad de la que no podemos ser ajenos: de cada cuatro matrimonios, en la mayoría de países de América, al menos uno termina en divorcio antes de tres años. En Europa y otros continentes, la cifra es más alta, por supuesto.

UNA RELACIÓN PARA SIEMPRE

No podemos desconocer la influencia de fenómenos como la violencia intrafamiliar que desestabilizan la relación. Tampoco los desacuerdos cuando salen al paso problemas como la enfermedad, la carencia económica o algún desacuerdo por el manejo de los asuntos del hogar. Un conflicto puede dar lugar a crisis en apariencia insalvables.

De ahí que, antes de contraer nupcias, debemos recordar lo que leemos en el Génesis:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.” (Génesis 1:26 |RV 60)

Siglos después el Señor Jesús advirtió:

“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Mateo 19: 6 1 RV 60)

Sobre esa base, entendemos que la decisión de unirnos en matrimonio no es por un tiempo limitado sino para siempre.

¿CUÁNDO COMENZÓ LA CRISIS?

Estoy en vías de separarme. Todo fue por mucho tiempo, pero, ¿cuándo comenzó la crisis?”, me preguntó un apesadumbrado joven. Sentía que todo había acabado, sin apenas comenzar.

La crisis comenzó el día mismo de la ceremonia matrimonial. ¿Por qué? Porque avanzamos sin tener en cuenta:

  • Que nuestra relación de noviazgo estuviera bajo la bendición de Dios.
  • Que nuestra relación de noviazgo estuviera bajo Su voluntad.
  • Que nos hubiésemos dado el tiempo suficiente para conocernos mutuamente.
  • Que la decisión del matrimonio fuese en el tiempo perfecto del Señor.
Cuatro factores en apariencia sencillos, pero de suma importancia. Generalmente los pasamos por alto y allí comienza el caos futuro.

Es necesario tener en cuenta que cada uno de los futuros contrayentes proviene de un ámbito familiar totalmente distinto en todos los órdenes y, en segundo lugar, que no hay nadie perfecto.

No obstante, íntimamente conservamos la esperanza de cambiar a la otra persona. ¡Tremendo error! El único que puede hacerlo es nuestro Creador.

NO TODO ESTÁ PERDIDO

Desconozco qué le lleva a emprender esta experiencia de conocimiento y crecimiento a la luz de la Palabra Dios y que hemos denominado “Salvemos nuestro matrimonio”. Es un proceso sencillo en el cual aprenderá principios que traerán transformación a su vida conyugal y familiar en general.

No todo está perdido. Hay esperanza, y esa esperanza está en Jesucristo, como veremos a lo largo del proceso que emprendemos hoy.

Este es el primer paso de algo grande. A vuelta de poco tiempo se sorprenderá con los resultados.

EJERCICIOS PARA REALIZAR

Le animamos a tomarse unos minutos para responder las siguientes preguntas que le ayudarán a explorar el conocimiento mutuo:

1.- Cuando conoció a quien hoy es su cónyuge, ¿qué expectativa tenía de como quería que fuera él o ella?

2.- ¿Qué esperaba de su cónyuge, una vez estuvieran compartiendo la vida bajo la bendición del matrimonio?

3.- ¿Qué aspectos positivos encontró en su cónyuge, que no imaginaba siquiera cuando eran novios? Escriba sus conclusiones:


© Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com Junto con su esposa, Lucero, son pastores en la Misión Edificando Familias Sólidas en Cali – Colombia. | #FamiliasSólidas.Com


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