El mejor modelo de discipulado fue el que enseñó nuestro amado Salvador Jesucristo. Él enseñó a 12 personas y luego las envió a cumplir una misión. |
Todos los cristianos sin excepción, estamos llamados a discipular a otras personas. Es un compromiso que no podemos eludir."
Por Fernando Alexis Jiménez| Editor de EBR
Alrededor de nosotros millares de personas todavía no conocen
a Cristo. Han oído hablar de Él, pero no han desarrollado una relación personal
con el Salvador.
Ahora, si esa realidad nos resulta abrumadora, mucho más el
hecho de que los cristianos no asumimos el
trabajo de discipular a otros. Si lo hiciéramos, habríamos ganado para el Reino
de Dios a infinidad de hombres y mujeres que corren el peligro de perderse por
la eternidad.
¿Qué hacer? Lo primero es un alto en el camino, identificar
en qué estamos fallando y que nueva dirección debemos tomar.
La iglesia debe involucrarse en la tarea de formar a quienes
aún no le han abierto las puertas de su corazón a Jesús, y una vez se surte
este proceso, orientarlos en cada paso que deben seguir hasta convertirse en
seguidores fieles del Salvador.
Quizá coincida conmigo. Estas breves letras le despiertan
inquietud. Si es así, recuerde que Dios da la visión, la provisión y la
bendición. Él es quien pone en nosotros el querer
como el hacer, tal como escribió
el apóstol Pablo a los creyentes de Filipos:
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no
como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en
vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”(Filipenses 2: 12,
13)
¿Cuándo
podemos hacer una buena labor discipulando? Cuando hemos determinado seguir las
huellas del Maestro, y conforme avanzamos, imprimimos cambios en nuestra forma
de pensar y actuar.
HAY MUCHAS FORMAS DE DISCIPULAR
La médula del discipulado es llevar a los nuevos creyentes a
crecer en su vida de fe. Es una definición que no requiere mucho análisis y
conceptualización, porque es esencialmente un asunto práctico.
Y, de la mano con esta verdad, otra que cobra fuerza con los
avances de nuestro tiempo: hay muchas formas discipular.
Los hogares son un punto de partida, pero también lo es el
lugar de trabajo o quizá un reclusorio o un hospital. Donde quiera que haya un
alma sin conocer a Cristo, allí debemos ir.
DISCIPULAR A PARTIR DEL EJEMPLO
La cimentación de un buen discipulado, es enseñar con el ejemplo.
La teoría es importante, pero mucho más lo es la praxis. De las palabras a los
hechos. Materializar lo que decimos. No se trata únicamente de transferir
conocimientos.
Jesús nos dio el mejor ejemplo. Escogió a sus seguidores.
Trabajó con ellos durante tres años. Sentó en cada uno las bases para que, a su
turno, multiplicaran las enseñanzas. Luego los envió de misión:
"Después de estas cosas, designó el Señor también a
otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y
lugar adonde él había de ir."(Lucas 10:1)
Fue en terreno donde llevaron a la práctica todo aquello que
habían aprendido de Jesús. Es la mejor manera, sin duda.
En el libro “El Manual del Discípulo”, el autor cristiano, William
MacDonald, escribe un aspecto que comparto con ustedes por considerarlo
sobresaliente:
“Al discípulo se le debe enseñar a ver las cosas que hay que hacer en una reunión, e ir y hacerlas. Puede que se trate de acomodar las sillas, de colocar los himnarios en su lugar, de grabar los mensajes, etc. El discípulo puede mostrar su grandeza a través de su servicio.”
¿Y si el discipulador aún comete errores? Esta es la
pregunta más común. La respuesta gira en torno a una realidad: el discípulo no
espera que usted sea perfecto. Lo que sí espera es que demuestre sinceridad y transparencia.
NO BASTA CON COMPARTIR INFORMACIÓN
Lo que determina nuestra eficacia como discipuladores, es
que nos fijemos la meta de enseñar y no solamente de transferir principios.
Enseñar tiene los siguientes componentes que debemos tener
en cuenta:
- Impartir experiencia práctica.
- · Despejar las inquietudes del discípulo en el proceso de entrenamiento.
- · Guiar al discípulo en todos los pasos de crecimiento cristiano.
- · Motivarlo a poner en práctica su aprendizaje.
El discipulado es fundamental en la iglesia. Debemos darle
la relevancia que corresponde. Solo de esta manera podremos decir que a los
templos están asistiendo cristianos comprometidos.
© Fernando Alexis Jiménez es pastor en la MISIÓN EDIFICANDO
FAMILIAS SÓLIDAS. La Dirección es Avenida 3 i Norte Nro. 49-41, barrio La
Flora, en Cali. Los días de reunión son los Miércoles a las 7:00 pm, y los Domingos
a las 9:00 am. Página Web www.FamiliasSolidas.Com
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