2016

Dios nos permite materializar grandes sueños en este nuevo año
Por Fernando Alexis Jiménez
Se ha preguntado: ¿Cómo construir grandes metas en el 2017? Todos anhelamos materializar sueños gratificantes y maravillosos. Y, generalmente, es lo primero que viene a nuestra mente cuando se avecina un año nuevo.

El 2017 se presenta, para muchos, lleno de expectativa y de retos. A pocos días de cruzar la frontera entre el año que culmina y el que comienza, haga un alto en el camino. ¿Ya se fijó las metas que desea alcanzar en los 365 días que se avecinan?

Si ya hizo el ejercicio, comparto con usted varias sugerencias para llegar a la realización efectiva de sus aspiraciones.

Someter los sueños en manos de dios

Todos podemos soñar, lo que queramos. De hecho, si hay un distintivo de nuestro amado Dios y Padre, es que sueña Grandes sueños y ama a los soñadores.

¿Le suena interesante? Por supuesto que sí. Pero hay algo esencial: Someta todos sus planes y proyectos para el 2017 en manos de Dios. Es el primer paso que debemos dar.

Al hacerlo, acogemos la instrucción que encontramos en la Biblia, el libro de los triunfadores:

“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará.”(Salmo 37:4, 5 | NTV)

Observe con cuidado algunos elementos que se desprenden del pasaje bíblico:
Dios debe ocupar el primer lugar de nuestros sueños y metas.
Dios desea concedernos grandes sueños.
Dios debe ser quien tenga conocimiento pleno de lo que anhelamos. En su infinito amor y voluntad, sabe qué nos conviene y qué podría resultarnos perjudicial.
Dios nos abre puertas para materializar nuestros sueños.
Dios cumplirá Su eterno propósito en nosotros.

Podemos asegurarle que nada podrá detenerle en la conquista de grandes metas en el 2017, si Dios es y sigue siendo en su vida, quien ocupe el primer lugar.

El camino hacia la conquista de los sueños

En varios pasajeS de la Biblia, Dios enfatiza en dos ingredientes de un vencedor: esfuerzo y valentía (Josué 1:6-9), y nos enseña que aun cuando sintamos que nos vence el desánimo, Él nos fortalece para seguir adelante (Isaías 40:29-31). Sobe esa base, no hay razón para pensar siquiera que es imposible alcanzar la materialización de nuestros sueños.

Es un viaje maravilloso. Son 365 días que usted podrá aprovechar. En el viaje, le recomendamos también que tenga en cuenta:
Deje de lado toda sombra de derrota. Olvide el pasado y siga adelante (Filipenses 3:13-14)
Vea el año que viene como una oportunidad.
Defina metas específicas. Elabore una lista de aquello  que desea alcanzar.
Someta esos sueños y proyectos en manos de Dios, siempre.
Conforme se vayan materializando sus sueños, dele gracias a Dios y borre de la lista la meta lograda.
No se desanime por los obstáculos. Disfrute del viaje. Levántese cuantas veces sea necesario y reemprenda el camino.
No se deje amilanar por las personas con ideas negativas y derrotistas.
Ore a Dios siempre por guía para avanzar por el camino correcto.

Ánimo. Está a punto de comenzar un nuevo año. Es un desafío maravilloso porque con nosotros, tenemos a Dios cuyo poder es ilimitado. No es en nuestras fuerzas como lo lograremos, sino con Su divina ayuda.

No podría concluir sin antes invitarlo para que le abra las puertas de su corazón a Jesucristo. Es la mejor decisión que podrá tomar. Tomado de la mano del Señor Jesús emprenderá el maravilloso proceso de crecimiento personal y espiritual que tanto anhela. Ábrale hoy las puertas de su corazón a Jesucristo.

Le animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com

Gracias a la obra redentora del Señor Jesús, toda atadura a las tinieblas se rompe
Por Fernando Alexis Jiménez
Cuando Leonardo compartió con nosotros lo difícil que era renunciar al ocultismo, bajo ninguna circunstancia pusimos en tela de juicio su apreciación. Es verdad. Una vez satanás logra atrapar a una persona, no querrá soltarla.

Un pastor que otrora fuera ocultista, relata así lo que ocurrió cuando quiso abandonar las prácticas de brujería y satanismo:

“¡Los demonios me atacaron severamente! Un hombre venía frecuentemente en la forma de un hombre, y tocaba a la puerta de mi casa. Apenas abría, se abalanzaba sobre mí, arrinconándome en el cuarto. Se agrandaba llenando casi toda la habitación. Algunas veces levantaba la cama y venía a mí con ella… ¿Cómo enfrentaba la situación? ¡Yo utilizaba la autoridad en el nombre de Jesús el Señor! Mientras lo reprendía en la autoridad de Cristo, el demonio comenzaba a encogerse, y a medida que continuaba, seguía tornándose más pequeño hasta desaparecer.”(Relato consignado en el libro: “Cómo derrotar a los demonios”, de Jim y Carolyn Murphy. EE.UU. 1998. Pg. 34)

Es evidente que si alguien estuvo atado por años a prácticas del ocultismo, y el enemigo espiritual cree que jamás saldrá de sus redes, hará hasta lo imposible para que no escape de la trampa.

Tenga presente a quién pertenece usted

Supongamos que por años usted estuvo inmerso en el ocultismo. Tuvo trato con demonios y hasta con el mismo poder del averno.

Descubre un día que satanás da, pero así mismo, reclama de quienes hacen tratos con él.
Un primer paso que debe dar es reconocer que quien tiene el verdadero poder es Jesucristo. El segundo, disponerse para enfrentar cualquier ataque que pudiera venir.

El amado Salvador Jesucristo ilustró el asunto: Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla.  Entonces dice: ``Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada.   Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.”(Mateo 12: 43-45. La Biblia de Las Américas)

Tome nota de varios aspectos. El primero, que pareciera, los espíritus de maldad necesitan corporizarse para obrar. Ahora, si se dejan expulsar, van a sitios resecos y están ansiosos de corporizarse nuevamente.

Otro aspecto revelador lo constituye el hecho de que un demonio, cuando alguien abrió puertas en el pasado, piensa que ese cuerpo le pertenece. Por eso decide volver de nuevo a él.

Abrir puertas, una mala decisión

Una persona a quien se le ministraba liberación constantemente, pedía ser atendida una semana después.

La situación se presentó así por mucho tiempo. Dios nos reveló a mi esposa y a mí que la mujer, antigua practicante del ocultismo en los llanos de Venezuela, una vez quedaba libre, añoraba el poder que ya no tenía. Ese deseo abría puertas de nuevo.

Es importante que si una persona anhela que se rompan las cadenas que le mantienen atada al mundo de maldad, en la cual no es otra cosa que una esclava, tenga la firme convicción del paso que dará: Renunciar a todo pacto o compromiso con satanás y sus huestes. Lo hace de una vez y para siempre. No debe volver atrás.

La renuncia a lo oculto es fundamental

Quien desea ser libre, en oración debe renunciar a todo vínculo con el mundo oculto.
No crea las mentiras del enemigo. Un antiguo practicante de la brujería quiso escapar del mundo en el que estaba inmerso. Inmediatamente sintió manifestaciones extrañas en su cuerpo, entre otras, inexplicables erupciones en la piel, dolores en las articulaciones, mareos y diarrea constante.

Los médicos que le auscultaron, tras revisar los exámenes, no encontraron nada de qué alarmarse.

Fue en ese momento en el que esta víctima de lo oculto, recordó los espíritus de muerte y de qué manera, esas entidades demoníacas son envidas a quienes se quiere causar daño y finalmente se produce su deceso.

Recuerda que comenzó a reprender hasta que completó su proceso de liberación, por el poder de Jesucristo.

Tres practicas difundidas del ocultismo

Muchas personas terminan envueltas en el ocultismo, incluso sin darse cuenta. Hay tres de estas actividades que son muy comunes en nuestro tiempo, en todos los países:

1.- Practicantes del espiritismo. Hay muchas ramas y, muchas de ellas, se muestran atrayentes. Quienes están vinculados a estas actividades pueden convertirse en instrumentos de sanación demoníaca—cuidado, no todas las sanidades provienen de Dios. El enemigo sabe disfrazarse (Lea 2 Corintios 4:11)-, en la adivinación y también para tener poder sobre otras personas.

2.- Doctores brujos. Quienes se vinculan a estas prácticas acuden a hechizos conjuros y, en la mayoría de los casos, a hierbas para traer aparente sanidad a enfermos incurables.

3.- Satanismo. Son por lo general personas muy reservadas, no andan por ahí revelando en qué están involucradas, son muy activas en el servicio a la sociedad como estrategia para tener mayor influencia, y si usted necesitara un favor, sin duda se lo harán.
¿Cómo terminan las personas sumadas al satanismo? Generalmente porque andan detrás de fama, riquezas o la pretendida juventud por siempre. Satanás es un embaucador y no le importa sumir a sus víctimas en el engaño.

No en vano el Señor Jesús dijo del adversario espiritual que algunos religiosos de su época obedecían: “Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.”(Juan 8:44. La Biblia de Las Américas)

Obrar en lo oculto es la prelación de satanás y de los demonios. Esa es la razón por la cual se manifiestan con ira, animadversión y ataques cuando hay un cristiano cerca. No soportan el poder de Jesús el Señor obrando a través de esa persona.

Enfrente al enemigo, no le huya

Los ataques del adversario, si usted decidió dejar atrás prácticas ocultistas, debe enfrentarlos en el poder de Jesús el Señor quien nos hace vencedores.
Sobre este particular, el apóstol Santiago escribió: “Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros.”(Santiago 4:7. La Biblia de Las Américas)

La forma eficaz de mantenernos victoriosos es prendidos de la mano de Dios, sometidos a Él, conscientes de la autoridad que nos ha dado a través de Jesucristo (Cp. Lucas 10:19)

Renuncie a las tinieblas y venga a la luz

Si alguien le dijo que era imposible renunciar al ocultismo, le mintió. No importa qué pacto haya hecho con satanás en medio de su ignorancia. Incluso, si firmó algún compromiso de sangre.

Reconozca y declare que su vida pertenece a Jesucristo. Que reconoce la obra de la cruz, que lo hizo libre.

Declare que sus pecados del ayer, y también sus compromisos con lo oculto, fueron anulados por la obra de Jesús (Colosenses 2.14, 15) Y por último, tenga la firme convicción que gracias a la sangre de Cristo vertida en la cruz, usted le pertenece ahora a Él.

El apóstol Pablo lo detalla de manera significativa en su primera carta universal: “Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa.”(1 Pedro 2:9. Versión Dios Habla Hoy)

Aceptar la obra de Cristo en su vida, le concede autoridad para renunciar a toda maldición generacional que ha pasado de padres a hijos y con la cual usted podría contaminar a su descendencia. Recuerde que Cristo nos hace libres (Cp. Juan 10:10)

Si ya renunció a lo oculto, recuerde tres herramientas fundamentales para caminar en la libertad de Cristo:

1.- La oración diaria y sometimiento a Dios
2.- Lectura de las Escrituras, aplicando a su vida lo que aprende en ellas.
3.- Ejercer la autoridad de Cristo en su vida

Le animamos a caminar cada día en las Buenas Nuevas de Salvación, y también, a compartir ese maravilloso mensaje con otras personas que tal vez siguen atadas mientras que usted tiene las llaves para traerles de la oscuridad a la luz, y de las cárceles espirituales a la libertad que nos ofrece el Señor Jesús…

Le animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com   

Dios nos permite experimentar cambios en nuestra vida emocional, y vencer justamente emociones negativas como la ira.
Por Fernando Alexis Jiménez
En su enojo, Raquel lanzó el teléfono celular contra la pared. El impacto destruyó en mil fragmentos el aparato que se desperdigó en toda la habitación y minutos después sería el más vivo testimonio de las consecuencias desatadas por la ira de la joven mujer.

--No puedo contenerme. Cuando me lleno de ira, es como si mi mente se nublara—le explicó a una amiga, horas después del incidente.

Las dos rememoraron el incidente, repasando segundo a segundo, lo que había ocurrido. Su profunda rabia, que la dominó por completo, comenzó cuando llegaron las dos de la tarde y Juan Carlos—su esposo—no la había llamado.

--No puedo concebir que no se tome siquiera aun minuto para hablar conmigo—se justificó--. Imagínate, Laura: me salió con el cuento de que había estado trabajando en una junta de selección y calidad en su empresa.—

Ahora estaba sin teléfono y, peor aún, comprobó que su marido estaba diciendo la verdad.

--Reconozco que debo controlar mi ira, porque me hace la vida imposible y, sinceramente, creo que mi esposo llegará a aburrirse--, admitió con un dejo de preocupación en la voz.

El de Raquel no es el primer caso ni será el último. Diariamente recibo decenas de correos electrónicos de lectores en todo el mundo que manifiestan su preocupación por las terribles consecuencias que desata la ira en sus vidas.

Conocí el caso de una mujer que arrojó el televisor por la ventana. Era su forma—muy particular por ciento—de pretender evitar que su esposo pasara los domingos viendo partidos de fútbol. Reponer el aparato llevó a que se endeudaran.

¿Qué es y qué produce la ira? Un tema que le invito a que consideremos, primero a la luz de la ciencia y, después, con el fundamento que debe guiarnos: la Biblia. En ella aprenderemos unos consejos que resultarán útiles en nuestro crecimiento espiritual, y en procura de afianzar y mejorar nuestras relaciones interpersonales, rotas muchas veces por accesos de ira.

Un estallido de ira a la menor provocación

El sufrimiento está ligado a los sentimientos que acompañan a quienes se dejan arrastrar por la ira. Quienes hacen gala de su mal carácter, e incluso, llegan a justificarlo, sufren debido a su conducta. En su criterio les resulta más fácil discutir que dialogar, lo que—analizando el asunto cuidadosamente—es un tremendo error.

Quien se ampara en actitudes airadas como forma de controlar, manipular o intimidad, se enfrentan a la postre a un arma de doble filo. Quienes los rodean terminan apartándose de ellos y llegan incluso a demostrarles rechazo. La persona misma se siente inmersa en un laberinto, realimentando su comportamiento hostil, al tiempo que se va aislando de los demás.

Una de las razones más frecuentes para reaccionar y dejarse arrastrar por la ira, radica en interpretar como ataque lo que dicen o hacen los demás. No tomar el tiempo suficiente para analizar cada situación, resulta lamentable. Hiere a los demás y de paso, causa zozobra y crisis de conciencia al iracundo.

Identifique los factores desencadenantes

Si tenemos conciencia de que la ira nos arrastra en su corriente impetuosa, es necesario aprender a identificar qué despierta esa emoción descontrolada. Es esencial mantenernos alerta. Si logramos descubrir que nos lleva a actuar de manera impulsiva, habremos dado un gran paso.

También resulta útil estudiar qué de lo que nos dicen o hacen quienes tienen trato frecuente con nosotros, nos provoca ira. Sin duda descubriremos que muchas veces no hay motivo para enojarse, pero el orgullo nos domina.

Dos recomendaciones iniciales: estudiar cada escena antes de responder, y la segunda, hablar despacio, midiendo cada reacción y palabra. Es aconsejable alejarse de lo que produce el estado de tensión.

Reconozca que usted, con ayuda de Dios y decisión, puede controlar sus impulsos. Si evita una reacción impulsiva, habrá ganado una batalla en la vida. Medítelo así, y habrá dado un segundo paso de victoria.

Siete fundamentos para evitar la ira

Es natural enojarnos; está ligado al comportamiento humano. No obstante, lo que recomienda Dios en Su Palabra es que no nos dejemos gobernar por esos sentimientos descontrolados. El apóstol Pablo escribió: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.”(Efesios 4:26, 27)

Con fundamento en la Biblia, que es nuestra brújula y la voz de Dios para guiarnos en cada circunstancia de la vida, deseo compartir con usted siete recomendaciones que le resultarán muy útiles para vencer la ira:

1. No se desgaste en cosas triviales

Si toma unos pocos segundos de su cotidianidad, descubrirá que muchas veces se enoja por asuntos sin trascendencia. Cada circunstancia debe ser medida en su verdadera magnitud, y constituye ayuda para vencer el problema, tal como recomiendan las Escrituras: “No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; mas la justicia librará de muerte.”(Proverbios 11:4)

Recuerdo el caso de una amable señora que se llenaba de ira cada vez que se fundía un bombillo. Acusaba a sus hijos de ser culpables, por estar encendiendo y apagando las lámparas. ¿Tenía sentido iracundizarse? Sin duda que no, porque toda bujía tiene su período de vida útil. Nadie era culpable.

2. Aprenda a controlar sus emociones

Un joven cristiano iba en su moto cuando un auto le cerró el paso. Afortunadamente el muchacho no iba a alta velocidad, pero obviamente cayó y se produjo unas lesiones leves. Preso de la ira, se levantó y con el casco protección, arremetió contra el vehículo. ¿Resultado? No solo tuvo que pagar los daños sino que, además, debió disculparse con el otro conductor.

¿Se deja dominar por la ira?

El apóstol Pablo recomendó que no nos dejemos arrastrar por las emociones: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.”(Efesios 4:26, 27)

Sólo con ayuda de Dios y con una clara conciencia de que debemos revisar nuestras actitudes, podemos superar la ira y sus consecuencias. Las emociones no deben gobernarnos, somos nosotros quienes las gobernamos.

3. Responda con aplomo

La ira nos lleva a reaccionar, generalmente sin medir el alcance de las palabras. Por esa razón, el rey Salomón recomendó: “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.”(Proverbios 15.1)

Sea que otro lo ataque verbalmente preso de la ira o que sea usted quien se encuentre en esa situación, mida cuidadosamente lo que dice. Evitará herir a los demás y de paso, se evitará dolores de cabeza.

4. Pase por alto las ofensas

¿Sabía usted que generalmente dimensionamos las cosas sin razón de ser? Le pongo un ejemplo: soy amigo de caminar al mediodía por la Plaza de Caycedo, un lugar céntrico y hermoso de mí amada santiago de Cali. Muy concurrido, además. En cierta ocasión tropecé y caí. Muy dentro pensaba que todos, absolutamente todos, tenían su mirada fija en mí. ¡Tremendo error! Cada quien siguió en lo suyo. Igual con todo lo que ocurre: a veces le damos más importancia de lo que debería.

Lo aconsejable, si alguien nos ofende o busca provocarnos, es pasar por alto sus palabras: “El necio al punto da a conocer su ira; mas el que no hace caso de la injuria es prudente.”(Proverbios 12:16; 16:14; 19:12)

De seguro, si no nos ofendemos por lo que nos dicen, evitaríamos dolores de cabeza y además, pasar malos ratos por cuenta de quienes nos rodean. Ellos siguen contentos y usted y yo enojados. ¿Tiene sentido? Por supuesto que no…

5. Evite problemas

En un centro comercial alguien gritaba, fuera de casillas: “¿Por qué me miras de esa forma? Dímelo. ¿Quieres problemas?”. El interlocutor respondió con calma: “Disculpe si lo molesté, señor, pero es que tengo estrabismo en los ojos.”. El autor del escándalo quedó en ridículo. Se agenció problemas sin razón: “El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.”(Proverbios 15:18; 19:19)

Usted es el que debe dominar las circunstancias, las circunstancias no deben dominarlo. Los factores externos ejercerán influencia sobre nosotros sólo si lo permitimos.

6. No asuma como propios los problemas de otros

Es bueno ser sensible al dolor ajeno, pero no el meternos en problemas de otros porque terminamos involucrados, peleando sin razón: “El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno Es como el que toma al perro por las orejas.”(Proverbios 26:17)

Un joven solía parcializarse hacia su madre cada vez que discutía ella con su esposo. El chico terminaba en problemas con su padre, y ella se reconciliaba con él. Aunque debía asumir una actitud neutral, tomaba partido y se involucraba en problemas ajenos.

7. No asuma el comportamiento intolerante de otros

Soy iracundo porque mi padre era así”, me dijo una señora tras descubrir—en una consejería—que su mayor problema eran las reacciones airadas. Hablamos un buen rato y descubrió, que asumir el comportamiento intolerante de su padre, no hacía otra cosa que traerle problemas.

Este tema lo abordó el proverbista cuando escribió: “No te entremetas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos...”(Proverbios 22:24)

Usted tiene su propia personalidad. Asúmala. Sepa que usted y nadie más que usted es responsable por lo que dice o hace.

Es tiempo de cambiar

Con ayuda de Dios podemos cambiar. Nada determina que la ira sea el comportamiento que gobierne nuestros pensamientos y acciones. Es posible, no en nuestras fuerzas sino en las del Señor.

El paso más grande para avanzar hacia la victoria en nuestro comportamiento radica en recibir a Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras vidas. Puede hacerlo ahora mismo, con solo decirle:

Señor Jesucristo, reconozco que he pecado. Gracias por darme la victoria sobre el la ira descontrolada mediante la fuerza de tu Espíritu Santo. Gracias por morir en la cruz por mis pecados y abrirme las puertas a una nueva vida. Hoy te recibo en mi corazón como su único y suficiente Salvador. Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea. Inscríbeme en el Libro de la Vida. Amén

Si hizo esta oración, lo felicito. Su existencia será renovada. Comienza hoy un nuevo capítulo en su existencia. Ahora tengo tres recomendaciones:

1. Lea la Biblia. Es un libro maravilloso en el que aprenderá principios que le llevarán al crecimiento personal y espiritual.

2. Ore cada día. Orar es hablar con Dios. Nos permite tener intimidad con Él.

3. Comience a congregarse en una iglesia cristiana.


Lo animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com


Por Fernando Alexis Jiménez
--Jamás podré lograrlo…--se repetía Carlos--. Nací para pecar y, sin duda, no voy a cambiar--.

Un mes atrás había recibido a Jesucristo como Señor de su vida. Un momento inolvidable. Al término de un servicio en la calle, en el que predicaron varios jóvenes igual que él. Más que religiosos, le pareció llamativa su forma de ser, actuar y pensar. “Son jóvenes como yo; no beben ni se drogan, y se ven felices”, le comentó a su madre.

Ella no animó a seguir. Iba a las reuniones de jóvenes de la iglesia, los sábados en la tarde.

Su problema—si es que se le puede llamar problema—comenzó cuando quiso cambiar su forma de pensar y actuar, en un abrir y cerrar de ojos. Cuando le asaltaba la vieja naturaleza, se sentía frustrado.

Llegó a pensar en aislarse de todo y de todos. Si embargo, esa decisión le trajo mayores dificultades. Por fin se dio por vencido. Sinceramente, no sabía qué hacer.

Traigo a colación la historia de Carlos, porque tal vez es la suya. Todos en algún momento hemos experimentado la frustración de encontrarnos cara a cara con nuestra vieja naturaleza, cuando anhelamos la santidad.

No es necesario aislarse

¿Recuerda los anacoretas? Sin personas que deciden aislarse, retiradas de todo trato con las personas, para entregarse a la vida contemplativa con Dios. Generalmente eran monjes. Y nosotros no podemos pretender ser como ellos, en pleno siglo veintiuno, apartados del mundo que nos rodea. Querámoslo o no, debemos interactuar con los demás y si vienen los problemas, enfrentarlos.

Para muchos la santidad se circunscribe a una serie de conceptos que tienen poca o ninguna relación con aquello que deben vivenciar.

Ser santo es movernos en la dimensión de la voluntad de Dios, caminando en Su temor, que no es otra cosa que apartarnos de todo aquello que nos induce al pecado y su materialización.

Santificación posicional y progresiva

La santificación tiene dos clases claramente definidas. La primera, es de carácter posicional y está representada por el obrar del Espíritu Santo sobre los pecadores, como anotan las Escrituras: “Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo dónde está la culpa, dónde la inocencia y dónde el juicio. La culpa la mostrará en ellos, porque no creen en mí...”(Juan 16.8, 9)

Es Dios quien produce la transformación y nos llama a formar parte de Su pueblo escogido, cuando nos torna conciente de los pecados cometidos y de la necesidad de experimentar transformación.
a segunda es la santificación progresiva.

Es aquella que experimentamos los cristianos cuando, con ayuda del Señor, crecemos en las dimensiones personal y espiritual. Si bien es cierto en la primera fase Dios nos hace concientes del pecado y convence de la maldad, es Dios quien nos lleva al arrepentimiento y nos lleva al crecimiento en la vida cristiana. Recuerde que usted y yo fuimos creados, no para el estancamiento, sino para el cambio y el crecimiento.

La santidad se construye, no en nuestras fuerzas, sino en las fuerzas que provienen de nuestro amado Dios y Padre, quien nos guía y afianza.

Frente a la condición pecaminosa del hombre, la santidad e Jesús estuvo unida al amor porque fue comprensivo y compasivo con el género humano. Aun cuando rechazaba el pecado, amada al pecado (Cf. Mateo 5:17-20) La santidad del amado Salvador le hacía inmune al pecado. Igual con nosotros: ser santos nos ayuda a sobreponernos a la tentación.


Lo animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com


Por Fernando Alexis Jiménez
"Le tengo miedo a mi guitarra", me confesó el pastor Hugo cierta noche que prediqué en su congregación. "Antes cantaba en fiestas, pero también bebía y estuve a punto de perder a mi esposa Isabel", continuó.

Para el, éste instrumento es sinónimo de una vida pasada, volcada a la bohemia. Por eso la tiene guardada en el último rincón de su casa. De vez en cuanto la mira, pero teme que tocarla le lleve a rememorar épocas que trajeron dolor a su familia.

¿Exagerado? No creo. Más bien se trata de alguien que reconoce que los seres humanos tenemos una íntima tendencia a volver atrás.

Recordar lo que hicimos en el pasado, en ocasiones suena atractivo. Esa es la razón por la que muchos sufren un revés en su vida cristiana.

Como sabemos que nuestra naturaleza humana se inclina al pecado, es necesario permanecer alerta.

Una caída espiritual no se produce en un abrir y cerrar de ojos. Es sutil. Toma fuerza poco a poco.

Cuando abrimos los ojos a la realidad, descubrimos que estamos inmersos en el pecado.

Sigue adelante, siempre 

El Señor Jesús advirtió sobre ese peligro cuando dijo a un grupo de sus seguidores:"Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios" (Lucas 9:62).

Seguir adelante implica no mirar atrás. Así la vida cristiana parezca compleja, es necesario avanzar. Nunca volver la mirada. Sólo vencen quienes tienen una meta y caminan en pos de ella, asidos de la mano del Señor Jesucristo.

No deje pasar este día No deje pasar este día sin disponerse a vivir una nueva vida.

¿Cómo hacerlo? Recibiendo a Jesucristo en su corazón como su Señor y Salvador. Dígale: “Señor Jesús, gracias por morir en la cruz por mis pecados. Recibo tu perdón. Te invito para que entres a mi corazón y hagas de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén

Si tomó esta decisión, felicitaciones. No olvide, desde hoy: 1.- Hacer de la oración un principio de vida. Orar es hablar con Dios. 2.- Lea la Biblia, un libro maravilloso en el que aprenderá principios maravillosos que le llevarán al crecimiento personal y espiritual. 3.- Comience a congregarse en una iglesia cristiana. ¡Su vida será renovada por el obrar de Jesucristo!



Por Fernando Alexis Jiménez
¿Qué impresión se llevaría si una mañana cualquiera, tras despertar y dirigirse al espejo, se encuentra con un rostro totalmente diferente al que siempre ha tenido? Cierra los ojos y los abre con la esperanza de que haya pasado la somnolencia y despierte a la realidad. Pero sigue igual. Está allí. La cara que tiene frente a usted no es la suya. ¿Lo pensó?

Esta escena imaginaria dejará de formar parte de la ciencia ficción para convertirse en realidad en poco tiempo. Tornará real, mediante una compleja técnica de cirugía, lo que fuera en 1997 el argumento de la película Face Off (Contracara) que protagonizaron Nicolás Cage y John Travolta. ¿La recuerda? En el filme alguien se opera para tener exactamente la misma apariencia de su oponente, en aras de destruirlo.

Un grupo de cirujanos holandeses del Centro Médico Universitario de Utrecht considera viable el procedimiento, especialmente para quienes han sufrido algún grado de desfiguración.

La investigación la adelantan con el Centro Médico Lousville que realizó en 1999 el transplante exitoso de una mano a un hombre de 37 años.

Los especialistas aseguran que hay pocas posibilidades de que el transplantado se parezca a su donante, pues las facciones las determina la estructura ósea... Pero igual, tendrán un nuevo rostro...

¿Cuál faceta muestra usted?

Todos los seres humanos tenemos dos caras. La que mostramos al mundo, es decir, la que pueden apreciar quienes nos rodean. Y el rostro verdadero, el que conocemos. Aquél que no cambia por las actitudes, los gestos o las palabras impostadas. Esa es la imagen que agrada a Dios, no el antifaz de hipocresía que nos colocamos cada mañana.

Al preguntarse sobre quiénes son los que estarán siempre en la presencia de Dios, el rey David escribe que irá a su santuario "El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino." (Salmos 15:2, 3).

El texto nos presenta cuatro principios de vida cristiana práctica que le invito a asumir desde hoy. Primero, la rectitud en sus actuaciones. Segundo, el equilibrio y la justicia en cuanto hagamos. Tercero, no calumniar. Cuarto, no actuar con hipocresía ni maquinar el mal de nuestro prójimo.

Si lo analiza, en esencia obliga que nos quitemos la mascara que oculta el verdadero yo y que adoptemos la transparencia en lo que pensamos y hacemos.

Si no ha recibido a Jesucristo como el Señor y Salvador de su vida, hoy es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que es el mejor paso que jamás habrá dado.


Lo animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com


Por Fernando Alexis Jiménez
Quizá alguna vez ha leído un pasaje bíblico que, para muchas personas, resulta desconcertante mientras que hay otras que lo encuentran misterioso. Se encuentra en el evangelio de Mateo:

“…lo que ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.”(Mateo 16:19 b, Versión Popular; Cf. Mateo 18:18)

Si bien es cierto que atar y desatar son términos que usaban los rabinos con el propósito de incluir y excluir algo, respectivamente, encierran un profundo significado porque denotan la poderosa influencia del mundo físico sobre el espiritual, y viceversa.

El asunto está ligado al ejercicio de autoridad, creyendo al anuncio del Señor Jesús cuando dijo: “Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios… tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño”(Marceos 16:17, 18. Versión Popular)

Afincados en el otorgamiento de poder y autoridad del Señor Jesucristo a sus discípulos, este joven matrimonio no solamente reprendió sino que ordenó a aquella presencia de maldad, que saliera de aquél lugar. La tranquilidad volvió a la casa.

Atar y desatar en el mundo espiritual

Aun cuando muchas personas se resisten a aceptarlo, Satanás (del Hebreo Satan que traduce adversario, y del Griego Diabolos, que significa acusador, opositor y calumniador) y sus demonios ejerce dominio territorial con la autoridad que le concede el pecado del hombre.

El apóstol Pablo lo dejó muy claro cuando escribió a los cristianos del primer siglo: “Porque no tenemos lucha contra poderes humanos sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, dominio y autoridad sobre el mundo de las tinieblas que nos rodea”(Efesios 6:12, Versión Popular)

Permítame resultar tres términos del pasaje: mando, dominio y autoridad. ¿De dónde deriva el adversario tal potestad? Del pecado del género humano. Por este motivo, alguien redimido por Jesucristo, debe levantarse en poder y en victoria, ejerciendo autoridad—la que le delegó el Salvador—tal como lo enseña el apóstol: “Sométanse, pues a Dios. Resistan al diablo, y éste huirá de ustedes”(Santiago 4:7, Versión Popular).

Es evidente, por el pasaje, que no solo tenemos autoridad, sino que podemos lanzar en huida al diablo.

¿Dominan los demonios en las regiones?

La Biblia presenta pasajes que son pruebas fehacientes de que algunos demonios tienen dominio sobre territorios específicos.

Un ejemplo lo encontramos en la vida del profeta Daniel, quien se dispuso a escudriñar las Escrituras y orar en procura del perdón de Dios por el pecado de los Israelitas:

Un ángel se le apareció: “…y me dijo: "Levántate, Daniel, pues he sido enviado a verte. Tú eres muy apreciado, así que presta atención a lo que voy a decirte." En cuanto aquel hombre me habló, tembloroso me puse de pie. Entonces me dijo: "No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí. Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso, así que acudió en mi ayuda Miguel, uno de los príncipes de primer rango. Y me quedé allí, con los reyes de Persia. Pero ahora he venido a explicarte lo que va a suceder con tu pueblo en el futuro, pues la visión tiene que ver con el porvenir."… Y me dijo: "¿Sabes por qué he venido a verte? Pues porque debo volver a pelear contra el príncipe de Persia. Y cuando termine de luchar con él, hará su aparición el príncipe de Grecia. Pero antes de eso, te diré lo que está escrito en el libro de la verdad. En mi lucha contra ellos, sólo cuento con el apoyo de Miguel, el capitán de ustedes.”(Daniel 10:11-21, Nueva Versión Internacional)

Observe el texto con cuidado. Comprobará que las oraciones de los creyentes, no solamente son escuchadas por Dios, sino que en muchas ocasiones, Satanás pone tropiezos para impedir las bendiciones del Señor.

La lucha que se relata por parte del ángel, es literal, y se libra en la dimensión espiritual, en plena coincidencia con lo que anota el apóstol Pablo (Cf. Efesios 6:12) Desde el mundo espiritual, se ejerce influencia en el mundo físico, que encuentra su expresión en la territorialidad geográfica.

Otro ejemplo de las acciones encaminadas a impedir el obrar de los cristianos, lo hallamos en la comisión que hizo el Señor Jesús a sus discípulos para que proclamaran las Buenas Nuevas. Al regresar “Jesús les dijo: --Yo vi que Satanás caía del cielo como un rayo. Yo les he dado poder para que ni las serpientes ni los escorpiones les hagan daño, y para que derroten a Satanás, su enemigo. Sin embargo, no se alegren de que los malos espíritus los obedezcan. Alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el libro del cielo. ”(Lucas 10:18-20, Nueva Versión Internacional)

Nuestro adversario espiritual obraba de diversas maneras para impedir que los seguidores del amado Maestro cumplieran la misión.

Igual en nuestro tiempo. Satanás, por el pecado del hombre, tiene puertas abiertas para ejercer dominio territorial, y cuando vamos a evangelizar—por ejemplo—es necesario retomar el control ejerciendo la autoridad que nos dio Jesucristo, y atar toda fuerza del maligno.

Cegados por el mundo espiritual de maldad

La situación es tan remota como los mismos orígenes del género humano. Tan convencido está Satanás de su poder sobre el mundo físico, que tentó al amado Salvador durante el ayuno que tuvo de cuarenta días: “Por último, el diablo llevó a Jesús a una montaña altísima. Desde allí podían verse los países más ricos y poderosos del mundo. El diablo le dijo: --Todos estos países serán tuyos, si te arrodillas delante de mí y me adoras. ”(Mateo 4.8, 9, Nueva Versión Internacional)

Jesús no solo lo reprendió sino que le recordó su naturaleza de Dios y que por tal motivo, Satanás no debía ni podía tentarle. Pero ¡cuidado! El adversario es muy hábil y si usted no permanece alerta, puede llevarlo a caer. Hasta tal punto se da sus mañas, que tiene cegados a millares de hombres y mujeres en el mundo entero, para evitar que conozcan el Evangelio (Cf. 2 Corintios 4:4).

Para quitar la venda de los ojos de toda criatura y recordarnos que en Él, en Cristo, somos libres, vino el Salvador. Pablo lo explica de manera magistral cuando enseña: “Antes, ustedes estaban muertos para Dios, pues hacían el mal y vivían en pecado. Seguían el mal ejemplo de la gente de este mundo. Obedecían al poderoso espíritu en los aires que gobierna sobre los malos espíritus y domina a las personas que desobedecen a Dios.”(Efesios 2:1, 2. Biblia en Lenguaje Sencillo). También anota: “Antes, ustedes estaban muertos, pues eran pecadores y no formaban parte del pueblo de Dios. Pero ahora Dios les ha dado vida junto con Cristo, y les ha perdonado todos sus pecados.”(Colosenses 2.13, Biblia en lenguaje sencillo)

En la medida en que Jesucristo establece su Reino, cuando proclamamos las Buenas Nuevas de Salvación, el diablo pierde dominio territorial.

Un ejemplo sencillo lo hallamos en Almolonga, en Guatemala. A partir de la proclamación del Evangelio, un pueblo que había sido territorio de borrachos perdidos, llegó a los pies del Redentor y hoy las cosas son distintas: hay bendiciones de todos los órdenes para quienes habitan allí.

Dos conclusiones a las que quiero llevarle: la primera, que si bien es cierto Satanás tiene dominio territorial en muchos lugares, en la autoridad de Jesús el Señor podemos atar sus fuerzas y accionar, y segunda, que urge evangelizar como paso del creyente para ir retomando el Continente, la Nación y su ciudad para quien le pertenece realmente: a nuestro Dios.

Es hora de dar la batalla. No se de por vencido. Recuerde siempre que Satanás es perseverante, y más debemos serlo nosotros, que al reprenderlo, tenemos asegurado—como lo anotan las Escrituras—que lo echaremos en huida.


Por Fernando Alexis Jiménez
El paso de los días, los meses y los años se convirtió en una eternidad para la jueza colombiana, Berta Cárdenas, acusada de incurrir en irregularidades al proferir un fallo. Además del tiempo que pasó bajo detención domiciliaria, enfrentó el señalamiento de una sociedad que se olvidó de ella y en la que pudo descubrir quiénes eran sus verdaderos amigos.

Se leyó una y otra vez los libros que alguna vez hojeó en su biblioteca sin mayor interés, y hasta subrayó los pasajes que le dieron fortaleza en los momentos de crisis.

La mayoría de quienes un día le profesaron amistad, le volvieron la espalda... Sentía el peso abrumador de la soledad. Volcó su tiempo libre a escudriñar desde obras de la literatura clásica, pasando por revistas con avances tecnológicas, hasta la Biblia, el libro milenario cuya lectura transforma vidas.

Un día cualquiera se iluminó con el sol radiante de la alegría, la inundaron deseos irreprimibles de llorar y le embargó el firme convencimiento de que Dios es justo. Todo junto, como la policromía de un arco iris al morir la tarde.

Una carta de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia le notificaba que había sido absuelta de cualquier inculpación. Sonrió con satisfacción. No podía creerlo. Volvió a vivir...

Nuestra esperanza no pude desfallecer

Cuando somos víctimas de la injusticia, nos abruma la sensación de indefensión y soledad. Todo luce ensombrecido frente a nuestros ojos. Nadie más que quien lo experimenta, entiende lo que significa saber que se es inocente y, sin embargo, enfrentar todas las circunstancias en contra.

Jeremías, uno de los profetas de la antigüedad, cercano a la realeza israelita y quien vivió muy cerca el tremendo dolor que despierta ser acusado sin fundamento, escribió: "Justo eres tú, oh SEÑOR, cuando a ti presento mi causa; en verdad asuntos de justicia voy a discutir contigo." (Jeremías 12.1. Biblia de Las Américas).

Su exclamación, sintetiza dos principios de vida que le invito a asumir hoy. El primero, que en momentos de tribulación es a Dios a quien debemos volver la mirada. Y el segundo, que si llevamos ante El nuestra causa, nos librará y hará justicia.

¡Animo! ¡No desfallezca! La circunstancia que enfrenta, con ayuda del Creador, cambiará y saldrá a la luz su inocencia...


Lo animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com


Por Fernando Alexis Jiménez
Pasó muchas horas sentado frente al computador. No una sino en varias ocasiones, escanció hasta la última gota de café tinto del termo que colocaba en el pequeño escritorio. Incluso, al percatarse de la hora, comprobaba que era de madrugada, pero persistía. Su meta era construir una Página de Internet.

¿Le parece algo trivial? ¡Cuidado! Le estoy hablando de Ahmed, un ascendiente de árabes residente en una zona distante de Argentina. Acostumbrado a las pampas, a los cantos gauchos y al matecito, que no le resultaba muy amargo para su gusto. 

Y desde ese remoto lugar, con solo un computador y el acceso al ciberespacio, se propuso crear un portal en el que pudiera comentar de libros, su mayor pasión.

Lo intentó varias veces, pero además de fallar igualmente en multitud de ocasiones, aprendió en cada nuevo fallo. Por fin, pasadas varias semanas, publicó—a punta de conocimientos empíricos—una Página básica que comenzó a difundir en muchos lugares, también a través de la Internet.

--Lo que menos podía hacer, aunque por momentos me embargaba el desánimo, era darme por vencido—explicó a un periodista el día que recibió un reconocimiento extranjero por su trabajo.

Hoy tiene una Página completa. A fuerza de perseverar, logró no solo posicionar el contenido, sino incluso comercializarlo para agenciarse algún dinero. Un sueño se hizo realidad. Los errores lo condujeron a la mejora. Hoy las cosas son distintas. Comprobó la importancia de insistir y persistir.

¿Desanimado por las fallas?

Los seres humanos, por nuestra condición, somos proclives a fallar. Muchos de nuestros yerros nos traen tristeza y otros, la profunda sensación de que jamás alcanzaremos la victoria. Pero si perseveramos, llegaremos a la meta, con un carácter desarrollado como vencedores.

Igual la vida cristiana. No experimentamos el crecimiento personal y espiritual de la noche a la mañana. Es un proceso. Avanzamos en la medida que: primero, dependemos del Señor Jesucristo; segundo, desarrollamos una sólida vida de oración, y tercero, estudiamos las Escrituras.

Guía para el crecimiento personal y espiritual

El autor sagrado nos enseñó que, en las Escrituras, encontramos adecuada orientación, y también, que una vez identificados los errores, debemos aceptar las instrucciones orientadas a aplicar cambios: "Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen…" (Proverbios 6.23).

Usted y yo podemos cambiar. Es posible. No en nuestras fuerzas, sino con el poder que proviene de nuestro amado Señor Jesucristo. 

¿Cometió errores? El hecho de identificarlos ya es un gran paso. ¿Considera que es imposible la transformación? En absoluto. ¡Usted puede! Con ayuda de Dios no hay límites para el crecimiento.

¿Cuándo comienza el cambio?

El cambio comienza con una decisión: la decisión de recibir a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Dígale, allí donde se encuentra: “Señor Jesús, te recibo en mi corazón como único y suficiente Salvador. Gracias por perdonar mis pecados en la cruz y con tu sacrificio, abrirme las puertas a una nueva vida. Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén

Como sin duda hizo la oración, desde hoy experimentará cambios que le sorprenderán y ejercerán una poderosa influencia entre quienes le rodean. 

Ahora le recomiendo hablar con Dios cada día a través de la oración. Orar es hablar con Dios. Igualmente, leer la Biblia. Es un libro maravilloso que contiene principios dinámicos para el crecimiento personal y espiritual, y por último, comience a congregarse en una iglesia cristiana. ¡Su vida será diferente!¡Bienvenido al cambio!
Lo animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com


Por Fernando Alexis Jiménez
El día que le confirmaron su progresivo deterioro en el estado de salud, se visualizó atravesando un enorme puente. En toda la mitad, una frontera. Podía avanzar hacia la amargura, o dar pasos hacia atrás, hasta llegar al límite mismo de lo que había sido siempre: una persona alegre y llena de optimismo.

Juan de Dios Oliveira, de Sao Pablo, Brasil, atribuyó su curación de los estados depresivos, a dos hechos: el primero, su profunda fe en Dios y en la sanidad que trae a nuestro ser, y la segunda, cultivar hábitos de felicidad.

Los seres humanos fuimos creados para vivir plenamente, no para llenarnos de amargura.

El apóstol Pablo escribió en el primer siglo a los cristianos de Roma sobre la necesidad de no perder el gozo, por encima de cualquier circunstancia, incluso adversa: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;     gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;     compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. ”(Romanos 12.11-12)

Si nos asiste el convencimiento de que Dios está de nuestro lado, nos fortalece y lleva a la victoria siempre, podremos vencer, no importa qué obstáculos salgan al paso.

La alegría, que brota de lo más profundo de un corazón transformado por el Espíritu Santo, emergerá siempre: “…porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.”(Romanos 14:17)

Permítame decirle algo: si está presa de la amargura o el desánimo, no es culpa de Dios sino de usted mismo, porque su actitud no se afinca en el Señor, sino en sus propias condiciones, que parten de una actitud sin fe, negativa.

La felicidad transforma

Uno de los hombres más gozosos de nuestro siglo, el médico Patch Adams, pasa 300 de los 365 días del año, hablando de la felicidad. Es un hábito que asumió cuando tenía 24 años. Si tomamos como fundamento que hoy tiene 65 años, tendremos como resultado que lleva más de cuarenta años practicando el principio del gozo.

Aseguran los especialistas que la salud emocional es un proceso que parte de la paz interior y se refleja en nuestro trato con los demás. Produce una actitud positiva ante la vida, eleva la autoestima, permite disfrutar la relación con los demás y en familia. Ahora: Ser feliz no depende de las circunstancias sino de cada quien, de la forma como asume las cosas. No es tanto de los amigos, o de los bienes que poseamos, el trabajo, las posesiones materiales, el cargo que ocupemos o la apariencia física. Ser feliz tiene sus cimientos en nosotros.

El apóstol Pablo instruyó a los cristianos del primer siglo: “Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. ”(1 Tesalonicenses 5:15, 16)

Estar gozosos no debe ser de un día, sino una disposición permanente. De ahí que hablemos de cultivar el hábito de la felicidad. Eso se logra cuando valoramos las pequeñas cosas.

No olvide que quien transforma nuestro ser es el propio Señor Jesús. Y a este mover poderoso de Dios, permítame sumar una recomendación de Patch Adams: “La felicidad es una opción que los seres humanos tomamos o rechazamos cada mañana, al abrir los ojos”.

Renuncie hoy a la infelicidad, y permítale al Supremo Hacedor que cambie su vida. Sus días serán diferentes…

Le animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com


Por Fernando Alexis Jiménez
¿Alguna vez reflexionó en el hecho de que Dios se ocupa de detalles tan pequeños como el momento en el que algo debe ocurrir en su vida?

Piénselo. Es cierto, nuestro amado Padre celestial está atento a todo cuanto acontece en el universo pero para Él usted, y yo somos tan importantes, que tiene especial cuidado de cada situación, por íntima que parezca.

El Señor Jesús aclaró este aspecto cuando dijo a sus discípulos: “Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.”(Mateo 10:30 | LBdlA)

Una enseñanza poderosa acompañada de una advertencia amorosa: que no se preocuparan del mañana y que, por el contrario, confiaran en el Padre celestial.

En Dios no hay coincidencias

Para quienes siendo cristianos creen aún en las coincidencias, me permito a considerar que se trata más bien de diosidencias. Es distinto.

En alguna oportunidad estaba Giezi, siervo del profeta Eliseo, contándole al rey sobre el milagro del hombre de Dios al ministrar y traer de vuelta a la vida al hijo de una mujer sunamita.

El monarca estaba maravillado. Quería saber más sobre los prodigios que obraba el Señor por mano de Eliseo.

Habían pasado siete años desde el momento en que ella había dejado su tierra para huir del hambre que azotó la región. Al regresar, se encontró sin los bienes.

Relata la Biblia que  “Y mientras él estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.”(2 Reyes 8: 6, 6| RVR 1966)

Por favor, revise el pasaje. ¿Fue acaso una coincidencia? En absoluto. Se trató de una diosidencia, término acuñado entre los cristianos convencidos de que Dios tiene control de todo cuanto nos sobreviene si estamos en Su voluntad.

Dios conoce todo, y tiene el control

Jamás podemos perder de vista el hecho de que nuestro amado Padre celestial tiene el control. Aun cuando creamos que las cosas vienen por coincidencia, es hora de revisar nuestra apreciación porque como creyentes, sujetos a Dios, no somos blanco de los “accidentes del destino”. Dios está obrando siempre, las 24 horas del día.

Hay varias escenas bíblicas que le invito a considerar para reafirmar este principio maravilloso:
En alguna ocasión los oficiales del templo fueron a cobrarle el impuesto al Señor Jesús. El maestro envió a Pedro al mar para pescar. Dentro del pez, le dijo, hallaría una pieza de plata de cuatro dracmas para saldar la deuda (Lea Mateo 17: 24-27)

En otras escena, los discípulos habían intentado infructuosamente pescar algo. Horas de esfuerzo no dieron resultado. Jesús les instruyó en dónde echar la red. Pedro salió al paso y le dijo:
“Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes. Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompían.”(Lucas 5:4-5 |LBdlA)

Finalmente, y para ilustrar el principio del gobierno de Dios sobre los tiempos de Sus hijos, es el momento en que Jesús decide celebrar la cena pascual con sus discípulos. Le preguntaron qué lugar. Él les describió específicamente adónde debían ir y lo que ocurriría. Y absolutamente todo aconteció conforme a su palabra (Lucas 22:7:13).

¿Fueron coincidencias? Por cierto que no. Dios estaba obrando en todas las circunstancias, y lo sigue haciendo con usted y conmigo. Basta que nos sometamos en Su voluntad.

Rinda su presente y futuro en manos de Dios

Con frecuencia nos afanamos por muchas cosas, terminamos extenuados y descubrimos que nuestros temores no pasaron de ser eso: miedos infundados. O tal vez las expectativas que anidábamos en el corazón jamás se cumplieron.

La solución está en rendir nuestro presente y futuro en manos de Dios.

El rey y Salmista, David, lo describió con las siguientes palabras: “En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.”(Salmo 31:15)

Además de dejar de lado las preocupaciones, debemos tener la firme convicción que todo cuanto nos acontece—si estamos en la voluntad de Dios—ocurre para nuestro bien (Cf. Romanos 8:28)
Jamás olvide que Dios, nuestro amado Padre celestial, tiene todas circunstancias bajo control.

Si aún no le ha abierto las puertas de su corazón a Jesucristo, hoy es el día para que tome esa decisión. Él traerá cambio y crecimiento a su vida personal, espiritual y familiar. Tomado de Su mano, emprenderá el maravilloso viaje hacia una nueva vida.

Le animamos a visitar el Portal cristiano  



Dios nos asegura la victoria en la lucha contra las tinieblas
Por Fernando Alexis Jiménez

Cuando en los noticiarios de televisión apreciamos las imágenes de soldados en un campo de batalla, los encontramos debidamente apertrechados y con los implementos necesarios para librar las confrontaciones. Difícilmente podrían cumplir su labor si les faltara algo: armamento, arneses, botas, traje de fatiga y cuando requieren para confrontar a quienes se les oponen.
Piense ahora en el cristiano. Diariamente debe hacer frente a los ataques de satanás. Él no descansa, como advirtió el apóstol Pedro: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”(1 Pedro 5:8, 9 | La Biblia de Las Américas)
Si hay asedios permanentes, debemos estar preparados. Y Dios nos provee las herramientas necesarias.

La armadura de Dios

Dios nos permite enfrentar las batallas con los elementos necesarios. La Biblia los llama, en su conjunto, la armadura. La describe el apóstol Pablo en su carta a los creyentes de Éfeso (Efesios 6:14-20)

De hecho, el autor sagrado explica: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”(Efesios 6:13)

Nadie puede argumentar que le resulta imposible resistir al diablo; sin embargo, no es así. Dios nos tiene preparado todo cuanto necesitamos.

La afamada conferencista cristiana, Cheri Fuller, lo explica cuando escribió:

“Dios no nos enviará al combate sin protección. Él nos ha proporcionado todo lo que necesitamos para permanecer firmes contra el enemigo y poder resistir las tribulaciones y dificultades que encontremos. Vístase con la armadura de Dios. Úsela todos los días. ¡Al traer puesta la armadura der Dios, estamos listos para pelear contra el enemigo y triunfar!”(Cheri Fuller. “Cuando las familias oran”. CLC editores. 2002. Colombia Pgs. 190, 191)
Sobre esa base, los cristianos debemos estar preparados en todo momento, y además, dejar de lado toda sombra de temor. En Cristo tenemos asegurada la victoria. 
Una batalla muy antigua
La confrontación contra el mundo de las tinieblas no es nada nuevo. Ha permanecido en el tiempo, por siglos.
El teólogo, René Padilla, lo explica en una disertación teológica sobre la carta del apóstol Pablo a los Efesios:
“En el Nuevo Testamento se da por sentado que durante “este siglo” el mundo está dominado por satanás y sus huestes. De acuerdo con el testimonio de los evangelios sinópticos, el Señor Jesús entendió el advenimiento del Reino de Dios como una batalla cósmica, entre seres espirituales… Dios está obrando decisivamente para atar los poderes del mal. Él nos ha cedido por siempre el control del mundo de las fuerzas del mal. Satanás ha sido herido mortalmente.”(C. René Padilla. “Diálogo Teológico”. Revista 1. CBdP. 1993. EE.UU. Pgs. 37, 39)

Cuando nos rendimos a Dios, Él nos asegura la victoria en la guerra espiritual, como enseña el apóstol Santiago: “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.”(Santiago 4:7 1 NVI)

Le animamos a considerar en las Escrituras lo que aprendemos sobre la confrontación espiritual, pero además, las condiciones que Dios nos brinda para asegurarnos la victoria. La clave está en depender de Él.

Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Ábrale las puertas de su corazón. Él traerá cambio y transformación a su vida personal, espiritual y familiar. 
Fernando Alexis Jiménez dirige el Sitio web www.GuerraEspiritual.org y, junto con su esposa Lucero, son pastores de la Misión Edificando Familias Sólidas en Colombia www.FamiliasSolidas.Com 


MKRdezign

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con la tecnología de Blogger.
Javascript DisablePlease Enable Javascript To See All Widget