Es importante hacer un alto en el camino y evaluar cómo anda nuestra relación conyugal. Es un paso fundamental para encontrar soluciones. |
Por Fernando Alexis
Jiménez
Hace poco tiempo una pareja que solicitó recibir la bendición matrimonial bajo la
cobertura de la denominación en la que pastoreo, cuestionó mis reflexiones sobre
el paso que estaban a punto de dar.
“¿Pareciera que usted pretende disuadirnos del
compromiso?”, me dijo la futura esposa.
No estaban lejos de
la realidad. Una y otra vez les insistí que no sabían nada el uno del otro.
Recién llevaban unos pocos meses, todos rodeados de “buenos momentos” y pretendían saber todo lo que debían, de tal
manera que deseaban compartir el resto de su existencia junto a la otra
persona.
--Deben meditar cuidadosamente en su decisión,
que, si la adoptamos bajo la bendición de Dios, debe ser permanente…--, les
recomendé.
Por supuesto, no
solo a ellos. A todos ustedes hoy si están en planes de casarse. La exhortación
tiene como fundamento una realidad de la que no podemos ser ajenos: de cada
cuatro matrimonios, en la mayoría de países de América, al menos uno termina en
divorcio antes de tres años. En Europa y otros continentes, la cifra es más
alta, por supuesto.
UNA RELACIÓN PARA SIEMPRE
No podemos
desconocer la influencia de fenómenos como la violencia intrafamiliar que
desestabilizan la relación. Tampoco los desacuerdos cuando salen al paso
problemas como la enfermedad, la carencia económica o algún desacuerdo por el
manejo de los asuntos del hogar. Un conflicto puede dar lugar a crisis en
apariencia insalvables.
De ahí que, antes
de contraer nupcias, debemos recordar lo que leemos en el Génesis:
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las
aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se
arrastra sobre la tierra.” (Génesis 1:26 |RV 60)
Siglos después el
Señor Jesús advirtió:
“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Mateo 19: 6 1 RV 60)
Sobre esa base,
entendemos que la decisión de unirnos en matrimonio no es por un tiempo
limitado sino para siempre.
¿CUÁNDO COMENZÓ LA CRISIS?
“Estoy en vías de separarme. Todo fue por
mucho tiempo, pero, ¿cuándo comenzó la crisis?”, me preguntó un
apesadumbrado joven. Sentía que todo había acabado, sin apenas comenzar.
La crisis comenzó
el día mismo de la ceremonia matrimonial. ¿Por qué? Porque avanzamos sin tener
en cuenta:
- Que
nuestra relación de noviazgo estuviera bajo la bendición de Dios.
- Que
nuestra relación de noviazgo estuviera bajo Su voluntad.
- Que
nos hubiésemos dado el tiempo suficiente para conocernos mutuamente.
- Que la decisión del matrimonio fuese en el tiempo perfecto del Señor.
Cuatro factores en
apariencia sencillos, pero de suma importancia. Generalmente los pasamos por
alto y allí comienza el caos futuro.
Es necesario tener
en cuenta que cada uno de los futuros contrayentes proviene de un ámbito
familiar totalmente distinto en todos los órdenes y, en segundo lugar, que no
hay nadie perfecto.
No obstante, íntimamente
conservamos la esperanza de cambiar a la otra persona. ¡Tremendo error! El
único que puede hacerlo es nuestro Creador.
NO TODO ESTÁ PERDIDO
Desconozco qué le
lleva a emprender esta experiencia de conocimiento y crecimiento a la luz de la
Palabra Dios y que hemos denominado “Salvemos
nuestro matrimonio”. Es un proceso sencillo en el cual aprenderá principios
que traerán transformación a su vida conyugal y familiar en general.
No todo está
perdido. Hay esperanza, y esa esperanza está en Jesucristo, como veremos a lo
largo del proceso que emprendemos hoy.
Este es el primer
paso de algo grande. A vuelta de poco tiempo se sorprenderá con los resultados.
EJERCICIOS PARA REALIZAR
Le animamos a
tomarse unos minutos para responder las siguientes preguntas que le ayudarán a
explorar el conocimiento mutuo:
1.- Cuando conoció a quien hoy es su cónyuge, ¿qué
expectativa tenía de como quería que fuera él o ella?
2.- ¿Qué esperaba de su cónyuge, una vez estuvieran compartiendo
la vida bajo la bendición del matrimonio?
3.- ¿Qué aspectos positivos encontró en su cónyuge, que
no imaginaba siquiera cuando eran novios? Escriba sus conclusiones:
© Fernando Alexis
Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com
Junto con su esposa, Lucero, son pastores en la Misión Edificando Familias
Sólidas en Cali – Colombia. | #FamiliasSólidas.Com
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