En los períodos de desánimo, quien nos levanta en victoria, es Dios con su infinito poder. |
Las etapas de desaliento deben encender nuestras señales de alarma. Obedecen a algo. Una circunstancia, un momento difícil, quizá una persona.
Por Fernando Alexis Jiménez
Desánimo. ¿Alguna vez lo ha sentido? Esa sensación de no querer
hacer nada, ni siquiera levantarse de la cama. Absolutamente nada. El día puede
ser hermoso, el sol reluciente o quizá el atardecer de ensueño, pero usted no
quiere nada. Todo le parece sin sentido.
Esos períodos, que muchos
asocian con depresión, son los que llevan a infinidad de personas al suicidio.
Hace pocos días en la ciudad donde resido, un píntor afamado,
con posición social y económica, saltó de un piso alto del edificio de
habitación. “No
soporto más la vida“,
escribió en una nota escueta. Dejó una esposa, tres hijos y nueve nietos.
Las etapas de desaliento
deben encender nuestras señales de alarma. Obedecen a algo. Una circunstancia,
un momento difícil, quizá una persona.
No obstante, nada ni nadie
debe robarnos el gozo de vivir.
Cuando se encuentre
atravesando esos momentos, recuerde lo que enseña la Palabra:
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10 | RV 60)
Tenga presente siempre que
Dios es nuestro refugio en momentos de tribulación (Nahúm 1.7; Juan 14:27; 2
Timoteo 1:7).
Cuando enfrento fases
depresivas, que son comunes, busco al Señor en oración. La respuesta siempre
llega. Me levanta en victoria. Es nuestro Padre celestial y de Él siempre
podemos esperar que nos escuche y responda con poder. Él nunca falla.
Si aún no ha recibido a Jesús
como su Señor y Salvador, hoy es el día para que le abra las puertas de su
corazón. Es la mejor decisión que jamás podremos tomar.
(C) Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano http://www.MensajerodelaPalabra.Com y entrenador
del http://www.InstitutoBíblicoMinisterial.Com
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