Los problemas son inevitables. Podemos vencerlos. No en nuestras fuerzas, sino en las de Dios. Es un principio de vida que debemos asumir desde hoy. |
“…porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar.”(2 Crónicas 25: 8| RV)
Por Fernando Alexis Jiménez (*)
Piense por un instante cuántas
veces se encontró luchando contra dificultades que parecían gigantes. Creímos,
en algunas etapas de la vida, que era imposible salvar los obstáculos para
seguir adelante. Descubrimos que humanamente no podíamos hacer nada. Nos ha tocado
rendirnos a la realidad.
“No he podido con el temperamento de mi esposo. Es muy difícil. Hasta he pensado en separarnos”, me escribió desde Quito una mujer joven.
Pero su situación no es la
única. Hay quien lucha contra la adicción al alcohol, las drogas, la
pornografía o quizá una situación recurrente de inmoralidad.
Un rey joven de la antigüedad,
Amasías, comprometió recursos de Israel para ir a la guerra. Quería vencer a
sus enemigos. Estaba convencido que mediante la fuerza, podía ganar las
guerras. Fue entonces cuando Dios le dijo a través del profeta: “…porque en Dios está el poder, o para
ayudar, o para derribar.”(2 Crónicas 25: 8| RV)
Una palabra poderosa que
también aplica a nosotros hoy. Nos lleva a reflexionar: No es en nuestras
fuerzas sino en el poder de nuestro amado Padre como podemos sobreponernos a
todas las dificultades que afrontamos diariamente. Saldremos airosos en las
batallas que salgan al paso a nivel personal, espiritual y familiar.
El apóstol Pablo lo expresó en
otros términos, pero el mensaje reviste la misma esencia: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”(Filipenses 4:13| RV)
No hay tropiezos que no
podamos superar si vamos tomados de la mano del Dios de poder en el que hemos
creído. Él desarrolla en nosotros la capacidad de vencedores que nos dio al concedernos
la vida.
Tal vez usted ha venido
librando batallas en sus propias fuerzas y se siente a punto de renunciar.
¿Piensa seguir así? Por cierto que no. Le invito a cambiar el curso de la
historia. A confiar en el Señor desde hoy. A no seguir luchando en sus fuerzas
sino en el poder de Dios.
No podría concluir la
reflexión sin antes invitarlo para que reciba a Jesucristo como su Señor y
Salvador. Permítale que Él transforme su forma de pensar y de actuar. Ábrale
las puertas de su corazón. Esa decisión marcará la diferencia en su existencia.
* Fernando Alexis Jiménez es
Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com
y, junto con su esposa Lucero, son pastores de la Misión Edificando Familias
Sólidas www.FamiliasSolidas.Com
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