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Cuando procuramos resolver los conflictos en nuestras fuerzas, los agravamos. El panorama cambia, sin embargo, cuando involucramos a Dios. Descubra por qué. |
¿Quién no ha tenido conflictos familiares? Todos. No conocemos a nadie que pueda decir que está exento de tropiezos. Lo complicado, sin embargo, es que la mayoría de las personas pretende resolver las diferencias a su manera y no conforme a pautas sencillas, prácticas y eficaces que involucran a Dios.
Le invitamos a escuchar el micromensaje de Fernando Alexis Jiménez “Nueve principios para resolver conflictos familiares”
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