El infierno es un lugar real. El Señor Jesús habló muchas veces de su existencia. La única manera de no ir allá, es vivir cada día para Cristo. |
Hoy día desde los púlpitos se predica un evangelio ligero. No en todos, en muchos de ellos. ¿A quién favorecen? Al enemigo espiritual que quiere ver cristianos en el infierno."
Fernando Alexis Jiménez (*)
Los predicadores hoy día
hablan poco del infierno. Muchos abordan otros temas y hay quienes, idos al
extremo, sólo enfatizan la prosperidad. Pero, ¿qué hay de error en desconocer
que hay un lugar de tormento? Mucho.
Es cierto, Dios es amor, pero
también, un Dios de justicia. Los seres humanos desconocen su misericordia y,
amparados en que siempre perdonará, caen en prácticas como la inmoralidad
sexual, el aborto, el libertinaje. Aun así, pretenden la salvación. “Dios no me condenaría”, aseguran.
En primer lugar, recordemos
que el Señor Jesús hizo alusión al infierno, luego no es una invención sino espacio
real (Lea Mateo 5:22, 29; 10:28; 13: 41, 42, 50; 25:41; Marcos 9:43, 48)
En segundo lugar le recuerdo
que quien está interesado en que no se hable del infierno para que vayan allí
los cristianos, es el mismo enemigo espiritual: satanás. Él más que nadie
quiere que se predice sobre un evangelio ligero, sin mayores compromisos.
Un mensaje de engaño
Satanás mismo se ha encargado
de llenar de engaño el mundo, para que no estemos interesados en una vida de
compromiso con Dios.
El Señor Jesús advirtió sobre
sus acciones, cuando denunció a varios seudo-religiosos de la época:
“Pues
ustedes son hijos de su padre, el diablo, y les encanta hacer las cosas
malvadas que él hace. Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado
la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su
naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira.”(Juan 8: 44 | NTV)
Sobre esa base, el adversario
busca que creamos en un cristianismo que raya con el libertinaje, en el que la
santidad pasa a ocupar un segundo lugar.
El Señor Jesús también fue
claro al respecto cuando dijo: "Solo
puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta. La carretera
al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese
camino."(Mateo 7:13 | NTV)
Imagine usted cuántas personas
que hoy profesan ser cristianas, podrían ir al infierno. Sencillamente han
vivido la vida a su manera, únicamente con un rótulo religioso que desdice del
llamamiento que les hizo Dios.
Tiempo para revisarnos
Posiblemente al hacer un alto
en el camino, descubre que ha experimentado una vida cristiana sin compromiso.
Decide cambiar. Reconoce que la santidad ocupa un lugar especial delante de
Dios. Recuerde siempre que es justamente Jesús, quien nos llama a ser
transformados, el regalo del Padre celestial para que no vamos al infierno:
"Pues
Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en
él no se pierda, sino que tenga vida eterna."(Juan 3:15| NTV)
Jesucristo vino a dar
testimonio de la verdad (Juan 8:32;
18:37), y esa verdad implica poner al descubierto todos los engaños de satanás,
como aquella que promueve una vida de fe sin compromiso, ligera, pisando la
frontera de los mundanos.
Claro, tenemos la promesa de
pasar la eternidad con Jesús, pero no podemos desconocer la realidad del
infierno. Ese hecho nos debe llevar a reconsiderar hoy, con el corazón, la
necesidad de consagrarnos a Dios.
A propósito, ¿ya recibió a
Jesucristo como su Señor y Salvador? Es hora de que lo haga. Jesús trae
transformación a su vida personal, espiritual y familiar. Decídase hoy por la
salvación y la vida eterna.
* Fernando Alexis Jiménez es
Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com
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