Simplemente debemos tener fe. Cuando invocamos el Nombre de Jesús, nos movemos en la dimensión de los milagros de Dios. |
Cuando invocamos el Nombre de Jesús, los milagros se producen. Es una Palabra revelada desde cuando nuestro amado Salvador desarrolló su ministerio terrenal. No debemos preocuparnos cómo lo hará, simplemente, actuar.”
Por Fernando Alexis Jiménez| Editor EBR
Lo más probable es que desde
hace mucho tiempo hemos escuchado que hay poder en el Nombre del Señor Jesús;
pero ¿sabemos cuál es la razón?
Las Escrituras no solo
consignan la declaración que hizo nuestro Salvador ante sus discípulos, sino
que explica en diversos pasajes la naturaleza del Nombre de Jesús, la autoridad
que tenemos para declararlo, y lo que podemos esperar.
Le invito para que leamos un
poderoso pasaje del evangelio de Juan:
“Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre. Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre. Es cierto, pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!” (Juan 14:12-14| NTV)
Cuando conocemos el poder de
Dios y la estrecha relación que hay con el Nombre de Jesús, nuestras oraciones
y clamor experimentan un cambio definitivo. Comenzamos a movernos en la
dimensión de los milagros del Señor.
Los discípulos y el Nombre de Jesús
Los discípulos y en general
los cristianos del primer siglo, conocían el poder que hay en el Nombre de
Jesús.
Dice la Palabra en Hechos 3:1-7 leemos un
incidente que vale tener en cuenta. Juan y Pedro iban camino a adorar a Dios,
cuando un hombre lisiado de nacimiento—que derivaba sus ingresos de pedir
limosna—los abordó, esperando recibir algo.
“Pedro y Juan lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: «¡Míranos!». El hombre lisiado los miró ansiosamente, esperando recibir un poco de dinero, pero Pedro le dijo: «Yo no tengo plata ni oro para ti, pero te daré lo que tengo. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!».”(Versículos 4 al 6 | NTV)
¿Qué ocurrió? Que ellos no
racionalizaron por qué el Maestro les había dicho que invocaran su Nombre y
pidieran. Simplemente lo hicieron. En esencia, demostraron dos elementos
claves:
·
Creer
·
Actuar
En esa misma dirección debemos
movernos nosotros. No aplicarle lógica a los milagros, porque no ocurrirán.
Simplemente depositar nuestra fe en el Dios de poder, y obrar.
Al leer cuidadosamente el pasaje Escritural, aprendemos además:
·
Que los milagros glorifican a Dios y no al
hombre.
·
Cuando pedimos un milagro, lo hacemos en el
Nombre del Señor Jesús.
·
En el Nombre del Señor Jesús ocurren los
milagros y encontramos Salvación.
Le animamos a cambiar la
dinámica de sus oraciones e irse adentrando en el poder que se libera cuando
Declaramos el Nombre de Jesús. Recuérdelo: cuando le invocamos a Él, invocamos
el poder de Dios (Salmo 91:14-16)
¿Por qué invocar el Nombre de Jesús?
Quizá usted se pregunte: ¿Por
qué deberíamos invocar el Nombre de Jesús? La respuesta más directa sería: Porque
Jesús es la manifestación del poder de Dios. Para ampliar este concepto le
animo a leer el texto que encontramos en Hebreos 1:1-3.
No obstante, sume otras
razones. El Nombre del Señor Jesús es sublime y está por encima de todo nombre,
como escribió el apóstol Pablo:
“Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.”(Filipenses 2:9-11| NTV)
Otras citas que le permitirán
ampliar la enseñanza, las encontrará en Mateo 28:18 y Colosenses 2:13-15.
¿Tenemos autoridad para invocar el Nombre
del Señor Jesús?
Alguien argumentó que había
cometido muchos pecados. ¿Podría invocar el Nombre de Jesús? Por supuesto que
sí. Puede hacerlo todo aquél que camina en Su voluntad.
Textos que le ayudarán a
corroborar este punto, los encontrará en 1 Corintios 6:17; Efesios 5:30 y 3:
14, 15.
Es cierto, si pedimos,
recibimos de Dios (Mateo 7.7, 8). No obstante, podría anotarle que hay al menos
dos limitaciones para recibir milagros de Dios, aun cuando invoquemos el Nombre
del Señor Jesús. De tal manera que:
·
Recibimos cuando pedimos con fe y en Su voluntad
(1 Juan 5:14)
· La fidelidad a sus mandamientos nos asegura
movernos en la dimensión de los milagros (1 Juan 3:22)
Los cristianos somos uno con
Jesús. Gracias a la obra que hizo en la cruz, fueron perdonados nuestros
pecados y fuimos limpios totalmente, además, podemos entrar en la presencia
misma del Padre. Y de la mano con ese privilegio, la autoridad para declarar el
Nombre de Jesús. Cuando lo hacemos, invocamos el poder de Dios, y Dios responde
con poder.
Nuestros paradigmas mentales
deben romperse y cada uno de nosotros, comenzar a creer y actuar, creyendo que
en el Nombre de Jesús hay poder.
Si aún no le ha abierto las
puertas de su corazón a Jesucristo, hoy es el día para que lo haga. Podemos
asegurarle que es la mejor decisión que jamás podrá tomar.
** Fernando Alexis Jiménez es
Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com
y, junto con su esposa Lucero, son pastores en la Misión Edificando Familias Sólidas,
en Colombia www.FamiliasSolidas.Com
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