Permita que Dios transforme las circunstancias en su vida personal, espiritual y familiar. No se deje arrastrar por la desesperación. |
No importa lo difíciles que parezcan las circunstancias. Dios las puede transformar. Basta que depositemos nuestra fe en Él. Descubra cuáles son esos pasos y de qué manera aplicarlos en su vida personal, espiritual y--por supuesto--de carácter familiar.
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