El Dios que amamos y en el que creemos, provee para nuestras necesidades. |
¿Por qué nos asalta la desesperación? Porque en los momentos críticos de nuestra vida pretendemos resolver las situaciones adversas a nuestra manera, y no en consonancia con el plan y el propósito de Dios. Es tiempo de volvernos a Él y concederle el primer lugar en nuestra vida personal y familiar.
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