Pasos prácticos e infalibles para resolver los problemas conyugales

La Palabra de Dios nos ofrece pautas prácticas para resolver los problemas familiares. Leerla y aplicarla, será muy útil en las relaciones conyugales y con los hijos.


Los problemas se agigantan porque les damos mal manejo. Podrían resolverse fácilmente, con ayuda de Dios. Tener en cuenta los consejos de la Biblia, nos ayudará.


Por Fernando Alexis Jiménez|| @revista_mefs
¿Ha meditado en el hecho de que muchos conflictos conyugales pudieron resolverse fácilmente? Sin duda que sí. Una diferencia de opinión, a veces por trivialidades, terminó en una batalla campal.
Usted ofendió a su pareja y viceversa. Los problemas cobraron la dimensión de un gigante.
Ahora, ¿debería ser así siempre? Por supuesto que no. Debemos aprender de cada nuevo tropiezo. Las discusiones, antes que desánimo, deben llevarnos a la reflexión. ¿Dónde estuvo el error? ¿En qué fallé? ¿Qué puedo corregir?
La persona que tiene a su lado, con quien comparte la vida, no es alguien enemigo. Es una bendición para su vida. Así lo aprendemos en el Salmo 127:1-3.
Muchos aparentes tropiezos nos permiten recibir un tratamiento especial del Señor para mejorar. Al respecto el rey Salomón escribió:
“Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo”. (Proverbios 27:17)

La familia es una gran bendición. Así lo dice la Biblia y es esa, precisamente, la perspectiva que debemos tener de ella.


PASOS A SEGUIR PARA RESOLVER CONFLICTOS
Puede ser su esposo o su esposa. En medio de las dificultades, algo bueno podemos aprender.
¿Qué hacer? Lo primero, renunciar al orgullo. Pedir a Dios la humildad suficiente para buscar salidas, en el momento oportuno.
En segundo lugar, disponer el corazón para perdonar y tender lazos de diálogo y entendimiento. El apóstol Pablo lo enseñó claramente a los creyentes de Roma cuando escribió:
“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.” (Romanos 14:19)
Tenga presente tres elementos en torno a los conflictos conyugales:
  • No pueden evitarse. Como son inevitables, debemos confiar en el Señor Jesús en estos tiempos de crisis (Juan 16:33)
  • Tener conflictos no es tan malo. Podemos aprender y mejorar.
  • Los conflictos requieren humildad para buscar la paz.
En Su Palabra Dios nos llama a resolver los conflictos, lo que aplica con mayor énfasis en la vida familiar:
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. (Romanos 12:18)

La Palabra de Dios nos ofrece pautas prácticas para resolver los problemas familiares. Leerla y aplicarla, será muy útil en las relaciones conyugales y con los hijos.



Es importante hacer un alto en el camino y revisar en qué estamos fallando para aplicar correctivos con ayuda de Dios, en nuestra vida familiar.
Es importante hacer un alto en el camino y revisar en qué estamos fallando para aplicar correctivos con ayuda de Dios, en nuestra vida familiar.

Todos podemos experimentar cambios y aprender a manejar los conflictos conyugales y con los hijos. Tenga presente que no es en nuestras fuerzas sino con el poder de Dios. Él nos permite identificar en qué hemos fallado y nos concede la sabiduría necesaria para aplicar correctivos.
Lo que jamás debemos hacer es hacer a Dios a un lado; por el contrario, Él debe ocupar el primer lugar en nuestro hogar.
Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Ábrale las puertas de su corazón. Él imprimirá una transformación en su forma de pensar y de actuar. Ábrale hoy las puertas de su corazón a Jesucristo.
© La Revista Familias Sólidas es la Publicación de difusión de la Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia) Website www.familiassolidas.com
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