Cuando desarrollamos una vida de oración permanente, los milagros se producen, liberando el poder de Dios. |
Los milagros ocurren. Dios desea que se produzcan en nuestro vida. No obstante sólo es posible cuando oramos y creemos. El poder del Señor se libera."
Por Fernando Alexis Jiménez|
Editor de EBR
Una de las preguntas más frecuentes entre los creyentes
nuevos, e incluso, entre aquellos que pese a tener muchos años de caminar con Cristo
aún se mueven en los niveles básicos de la fe, se orienta en la siguiente
dirección: ¿Cómo entrar en la dimensión
de los milagros?
Para despejar este interrogante, hay dos pasajes claves
que deseo compartir con usted. El primero de ellos, lo hallamos en el evangelio
de Juan:
“De cierto, de
cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también;
y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre,
lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”(Juan
14:12-14)
Observe que se deben cumplir al menos tres
características:
·
Creer en Jesús el Señor.
·
Pedir al Padre en el Nombre de Jesús.
·
Esperar en Dios.
Otro pasaje que reviste singular importancia, lo hallamos
en la carta que dirigió el apóstol Pablo a los creyentes de Éfeso:
“Y a Aquel que
es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que
pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en
la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos.
Amén.”(Efesios 3:20, 21)
Los dos versículos dejan claro que si hemos creído en
Jesús, elevado peticiones en Su nombre y esperado en Dios, Él nos concederá
mucho más de lo que necesitamos porque su poder
es ilimitado.
Las oraciones, fundamento para los milagros
La dimensión de los milagros tiene un común denominador:
la oración. Cuando vamos a la Presencia del Padre, no solo nos escucha sino que
libera Su poder, siempre y cuando esté en consonancia con Su voluntad.
Cuando oramos, debemos tener en cuenta los siguientes
fundamentos:
Una vida sistemática de oración nos permite caminar en el
poder de Dios, y de hecho, ejerce también una poderosa influencia en nuestro
desenvolvimiento ministerial.
Es necesario que experimente un cambio definitivo.
Hacerlo es posible cuando la oración se torna un principio esencial de su
existencia.
Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y
Salvador, es hora de que lo haga. Puedo asegurarle que Él traerá transformación
a su vida personal, espiritual y familiar.
© Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano
www.MensajerodelaPalabra.Com
y, junto con su esposa Lucero, son pastores de la Misión Edificando Familias
Sólidas www.FamiliasSolidas.Com
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