Jesucristo trae libertad a quienes se encuentran bajo posesión o tormento de los espíritus del mal. |
Por Fernando Alexis Jiménez *
Un proceso de liberación espiritual resulta eficaz cuando
la persona endemoniada o atormentada por espíritus, busca ayuda para romper las
cadenas. Pero, ¿qué ocurre cuando se trata de un hijo o de un familiar que no son
conscientes de su situación, o persisten en el pecado?
En tales casos, hay un primer hecho a considerar. Lo
encontramos en las Escrituras:
“Y busqué entre ellos
hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor
de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. Por tanto,
derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el
camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor.”(Ezequiel
22:30, 31| RV1960)
Estos dos versículos nos arrojan luces para despejar el
interrogante. Dios espera que nos pongamos en la brecha, que seamos
intercesores a favor de las almas.
Siete pasos a seguir
Si desea interceder y ejercer una labor orientada a que se rompan
las cadenas espirituales en un hijo o un familiar, le animamos a seguir los
siguientes pasos:
1.
Identifique en qué tipo de prácticas ha estado inmerso su hijo o ser querido.
Si no tiene un claro discernimiento al respecto, pídale la guía a Dios.
2. Verifique
los objetos, tatuajes, música o tipo de literatura que frecuenta esa persona.
3. Pídale
a Dios que, en el momento oportuno, pueda abordar a la persona y explicarle en
qué peligro se encuentra. Dios abrirá puertas, no le quepa la menor duda.
4. No
trate de forzar las cosas. Tampoco acuda a la arbitrariedad para arrojar
objetos, literatura o música ajenos, a la basura. La persona que los posee,
debe ser consciente de lo que está ocurriendo.
5. Vaya a
Dios en oración, confiando que Él ministrará de su mano para traer libertad a
los cautivos (Hebreos 4:16)
6. Ejerza
su autoridad en Cristo para confrontar en oración el mundo de las tinieblas,
particularmente aquel que ata a su hijo o familiar (Lucas 10:19-21)
7. Ministre
sobre la persona atormentada o bajo posesión demoníaca, la sangre de Cristo. Jesús
el Señor trae libertad a los cautivos.
Luchando contra un
enemigo vencido
Es evidente que satanás anda como león rugiente buscando a quien devorar
(1 Pedro 5.8) pero como cristianos, estamos llamados a enfrentarlo (Efesios
6:12). Jamás olvide que Jesucristo nos asegura la victoria. Y de hecho, satanás
es un enemigo ya vencido (Apocalipsis 12.7-10)
Aprópiese del poder de Dios para su vida en contra del mundo de
maldad. Él desea que sus hijos, cónyuge y familiares reciban libertad. Siga la
ruta de siete pasos que le proponemos, y le aseguramos, pronto verá los
resultados.
Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy
es el día para que lo haga. Le aseguramos que emprenderá, tomado de la mano de
Jesús, el maravilloso camino hacia el crecimiento personal, espiritual y
familiar.
* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com Visite
este espacio web ahora mismo.
Publicar un comentario