Cuatro distintivos de los triunfadores

Dios nos concibió con las potencialidades para ser triunfadores. Nada podrá detenernos camino al éxito, con Su divina ayuda.

Dios nos concibió con las potencialidades para ser triunfadores. Nada podrá detenernos camino al éxito, con Su divina ayuda.
Por Fernando Alexis Jiménez *
El sudor poblaba su frente. El calor era insoportable. La pista de atletismo, más larga que de costumbre, o al menos así le pareció. Tenía mucha agitación y por momentos pensó que no lo lograría. En las tribunas, las gentes gritaban. Cerca, otras competidoras.

No puedo dejarme vencer” pensó al hacer el último esfuerzo para cubrir la distancia que le separaba de la meta final.

Minutos después estaba en el podio. Ocupaba el primer lugar. Sonrió. Completaba ya cinco medallas.
A sus veinticinco años se podía calificar una triunfadora. Llegar a ese estrado no había sido fácil. Tuvo su costo. Le obligó a esforzarse. Fueron días incontables entrenando desde muy temprano, cuando el sol todavía no despertaba en el horizonte.

Igual sinnúmero de atardeceres, que se prolongaban hasta cuando las sombras de la noche cubrían la ciudad. “Valió la pena”, pensó, mientras agradecía al anfitrión la distinción que le imponía.
La norteamericana, Marion Jones, de 25 años, se convirtió en penta-campeona de los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia.

Alcanzó su objetivo: vencer en las competencias de cien y doscientos metros y en las carretas con postas. Muy joven se convirtió en ejemplo para su generación. Atribuyó su éxito a Dios y a la confianza que tuvo en sus capacidades.

El secreto de los vencedores

¿Cómo se forjan los triunfadores?  A los vencedores les identifican por lo menos  cuatro  características. La primera, fijarse una meta; la segunda, volcar sus esfuerzos a la conquista de ese objetivo; la tercera, una férrea disciplina que les permite fortalecer las áreas débiles y potenciar los puntos fuertes y la cuarta, avanzar sin prestar atención a los virtuales fracasos. La meta es llegar, sin doblegarse.

Pero hay un principio infalible para vencer. Consiste en depositar todos nuestros planes y proyectos en manos de Dios. Esta decisión debe ir acompañada de una absoluta confianza en que El obrará a nuestro favor. Así lo dice la Biblia: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en el; y el hará”(Salmos 37:5)

El paso eficaz para comenzar un nuevo día en victoria, es someter toda nuestra agenda de actividades al Señor. Póngalo en práctica. Los resultados hablarán por si solos...

No puedo terminar mi mensaje sin recordarle que su vida necesita a Jesucristo en el corazón. Es vital. Le asegura un presente de victoria y un futuro de victoria. Hacerlo es muy fácil. Basta con hacer una oración sencilla. Dígale:

Señor Jesucristo, gracias por morir por mis pecados en la cruz. Reconozco que tengo ahora una nueva oportunidad. Te recibo hoy en mi corazón. Haz de mí la persona que tú quieres que yo sea. Amén

Si realizó esta oración, mis sinceras felicitaciones. Ha dado un paso fundamental. Ahora le invito para que acoja tres sugerencias: La primera, que haga de la oración un principio de vida diaria. Hable con Dios. Dígale cómo se siente. Él responde con poder. La segunda, lea la Biblia. Allí aprenderá principios de éxito, dinámicos y prácticos, que le ayudarán en el crecimiento personal y espiritual. Y la tercera, comience a congregarse en una iglesia cristiana. Puedo asegurarle que su vida jamás volverá a ser la misma.


* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com Visítelo hoy.
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