Ejerza un liderazgo transformador en la familia y en la sociedad

Cuando Dios mora en nuestro corazón, ejercemos un liderazgo cristiano transformador.

Dios nos concibió con todas las potencialidades para ejercer un liderazgo transformador en casa, en el trabajo y en la iglesia. 
Ejercemos un liderazgo transformador cuando permitimos que Jesucristo impacte nuestra vida, y a partir de allí, podamos tocar poderosamente la vida de las personas que nos rodean." 
Por Fernando Alexis Jiménez
Muchas manzanas cayeron en el solar de la inmensa vivienda que habitaba el físico y matemático Isaac Newton, pero sólo una le llevó a perder el sueño, perder el apetito y encerrarse por días enteros --olvidado de todo y de todos-- para esbozar un principio que marcaría un hito en la historia de la humanidad: la Ley de la Gravedad.

La sociedad inglesa no entendía muy bien a qué se refería, y no faltó quien murmuró por lo bajo al paso del científico,  que el cúmulo de ideas que bullían en su cabeza le estaban llevando a perder la razón. Todos veían simplemente una manzana. Y un hecho que había ocurrido por años, desde el momento mismo en que el hombre tuvo conciencia de existir, no revestía para ellos mayor importancia.

Sin embargo, Newton (Inglaterra 1642-1727) sentó las bases para establecer por qué razón un objeto es atraído por uno de mayor volumen, densidad y peso, lo que explica que los astros no anden volando por ahí, y que la luna se haya conservador por siglos fiel a la tierra, siguiendo su rastro... De no existir este principio, el universo sería un caos...

Una aplicación práctica a su vida espiritual...

Si meditamos en este incidente histórico, y lo aplicamos a nuestra vida espiritual, encontraremos la razón por la que muchos cristianos crecen mientras que otros se alejan progresivamente.

Si experimentamos la Ley de Gravedad en nuestra relación con Dios, alcanzaremos nuevas alturas y nuestra vida cristiana será exitosa. 

El Señor Jesús dijo: “Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por si mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi. Yo soy la vida, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer”(Juan 15: 4, 5). 

En cambio, distantes de El no avanzaremos y tenderemos siempre a regresar al caos personal que nos llevo a buscarle...

De la mano con esa intimidad que desarrollamos con Dios, los cristianos ejercemos una influencia transformadora entre quienes nos rodean. Impactamos positivamente a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, a nuestros compañeros de trabajo e, incluso, las personas de la iglesia a la que asistimos. Todo parte de una decisión: Mantenernos asidos a la mano del Señor Jesucristo.

Su vida puede ser diferente, próspera, de éxito por encima de las adversidades. Pero resta que le abra su corazón al Señor Jesús y le permita obrar en su existencia... Gracias a El, llevará mucho fruto que se reflejará en una mejor relación con Dios, con quienes le rodean y consigo mismo... ¡Adelante! Es hora de empezar...

* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com y, junto con su esposa Lucero, pastorean la Misión Edificando Familias Sólidas en Colombia.
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