Nuestra edad no es impedimento, ni hoy ni nunca, para que Dios nos utilice poderosamente en la extensión de Su Reino. |
Por Fernando Alexis
Jiménez *
¿Cuál es la edad aconsejable para conquistar nuestros
sueños y alcanzar grandes metas? Quizá usted tiene una respuesta específica
para este interrogante, fundamentado en lo que considera, son sus fuerzas para
disfrutar los logros.
Permítame ahora formularle una pregunta más profunda:
¿Hasta qué edad podría Dios utilizarlo con poder para cumplir Sus propósitos
eternos en la tierra? Lo más probable es que aquí se tome unos minutos para
responder y su perspectiva cambie un poco.
La razón es sencilla: Millares de personas consideran que
hay un tope específico de años para ser altamente productivos en el Reino de
Dios. Un gran error. Permítame demostrárselo.
Campeón a los 105
años
Infinidad de deportistas se retiran muy jóvenes porque
consideran que cumplieron su ciclo de rendimiento.
Quien rompió los esquemas de este común denominador, fue Robert
Marchand. A sus 105 años de edad recorrió en bicicleta 22,5 kilómetros,
batiendo su propio record. Cubrió esa distancia en una hora. La hazaña fue
vista por millones de personas en Francia y buena parte de Europa.
"No soy un
fenómeno ni un campeón, soy un tipo normal", dijo al término de la
prueba. “Pensé que aún me quedaban
algunos kilómetros y creo que pude haber podido ir más rápido”, concluyo
después de dar 92 vueltas al velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines.
Robert se considera a sí mismo alguien común y corriente,
pero un tipo normal no vive dos Guerras Mundiales, es testigo de la entrada de
las tropas alemanas a su ciudad natal de Amiens en 1914, conoce 16 Presidentes
de la República francesa, ha sido miembro de la Resistencia, fue encarcelado
por rechazar dar clases a niños de los colaboradores de la Europa nazi, ha sido
campeón de Francia de gimnasia, bombero en París, criador de pollos en
Venezuela y leñador en Canadá.
Con su record mundial, pasa a la historia como el
deportista más longevo en pedalear durante una hora.
Ahora dígame, ¿hay límite de edad para disfrutar de los
triunfos? Por cierto que no. Las barreras las ponemos usted y yo en la mente,
cuando creemos haber llegado al límite de nuestras fuerzas y capacidades.
Un conquistador
octogenario
Cuando Israel entró en la tierra prometida, Caleb—quien
fuera compañero de Josué—, fue a visitarlo en Gilgal. Le recordó que 45 años
antes, después de ir a explorar un amplio territorio, kilómetros más allá de Cades-barnea,
Moisés les había prometido darles propiedad cuando cruzaran el Jordán.
“Yo era de edad de cuarenta años cuando
Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le
traje noticias como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían
subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí
siguiendo a Jehová mi Dios.”(Josué 14: 7, 8)
Ahora, se sentía con toda la disposición de conquistar
una amplia franja de tierra. Había pasado muchas pruebas, como el tránsito en
el desierto; sabía qué era el calor, la sed y las largas jornadas con un sol abrazador a cuestas. Y a sus 85
años, consideraba que aún tenía muchas fuerzas para conquistar grandes metas:
“Todavía estoy tan fuerte como el día que
Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra,
y para salir y para entrar. Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová
aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay
ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré,
como Jehová ha dicho.”(Josué 14: 11, 12)
Por favor, lea con detenimiento las palabras de Caleb. Él
no se sentía un hombre digno de un albergue para ancianos, por el contrario, se
veía asimismo como un conquistador de grandes metas.
Es tiempo de
revitalizar sus sueños y metas
Estoy convencido que Dios nos creó con las
potencialidades para lograr grandes metas y ver colmados los sueños.
No ponga límites a sus capacidades. Someta sus proyectos
en manos del Señor (Salmo 37:4, 5) Créale a Dios y dé nuevos pasos cada mañana.
Él lo llevará más lejos de lo que usted jamás pueda imaginar.
La edad no es un impedimento para que el Señor lo utilice
con poder en la extensión de Su Reino. Basta que usted se decida. Esa no es una
determinación que Él debe tomar. Por cierto, Él ya la tomó en la eternidad. Es usted
quien debe optar por conquistar grandes metas. Si depende del Creador, Él le
dará la victoria.
Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador,
hoy es el día para que le abra las puertas de su corazón. Prendidos de Su mano
emprenderá el maravilloso camino hacia el crecimiento personal, espiritual y
familiar que ha anhelado por años.
* Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal
cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com
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