Siete principios sencillos pero eficaces para lograr grandes metas

Los auténticos triunfadores son aquellos que se atreven a dar pasos de fe, confiando en Dios.

Descubra y aplique 7 principios que le permitirán materializar sus sueños
Por Fernando Alexis Jiménez
La frontera que separa a quienes logran grandes metas de los que se sumen en la derrota, la determinan siete factores que hoy compartimos con usted.

Los aprendemos a partir de la Biblia. Están contenidos en el primer capítulo del libro de Josué, que relata la preparación del pueblo de Israel para conquistar la tierra prometida.

Como sin duda querrá descubrir estos siete principios contenidos en las Escrituras, le animamos a leerlos, meditar en ellos e interiorizarlos. Podemos asegurarle que los resultados serán sorprendentes.

1. Levántese de la banca y actúe

Un hombre o una mujer que desean moverse bajo la visión de Dios para sus vidas, deben estar atentos a la voz de Dios.

¿Cómo es posible? Mediante el desarrollo de una sensibilidad para escucharle, cuando leemos las Escrituras y oramos diariamente. Es la forma de no confundir el rumor y el ruido de la cotidianidad, con una instrucción que viene del Señor.

Josué aprendió el secreto de los triunfadores. Escuchó a Dios. Se levantó de la banca. No quiso ser uno más en el montón. Sabía que su vida tenía un propósito, estaba decidido a cumplirlo.
El pasaje bíblico del llamamiento que recibió, relata lo siguiente:

“Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, el Señor habló a Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés. Le dijo: «Mi siervo Moisés ha muerto. Por lo tanto, ha llegado el momento de que guíes a este pueblo, a los israelitas, a cruzar el río Jordán y a entrar en la tierra que les doy. ” (Josué 1:1, 2 | NTV)

Dios no desperdiciará jamás nuestras potencialidades. Desea utilizarnos hasta llevarnos al máximo de nuestras capacidades. Elevarnos a nuevos niveles. Basta que dispongamos nuestro corazón. Ese es el primer paso.

2. Dispóngase a conquistar grandes metas

No puedo concebir a un Dios que sueña grandes sueños, esperando algo menos de sus hijos. Créale a Él. Si escuchó su llamado, muévase en fe. Conquiste grandes metas. No se quede sumido en el ostracismo de los diminutivos iglesita, ministerio pequeño, casita, carrito, trabajito. Esos diminutivos nos impiden avanzar a donde los demás no han llegado.
Dios fue claro cuando habló con Josué:

“Te prometo a ti lo mismo que le prometí a Moisés: “Dondequiera que pongan los pies los israelitas, estarán pisando la tierra que les he dado: desde el desierto del Neguev, al sur, hasta las montañas del Líbano, al norte; desde el río Éufrates, al oriente, hasta el mar Mediterráneo,  al occidente, incluida toda la tierra de los hititas”. (Josué 1: 3, 4)

Los planes de Dios para cada uno de nosotros, son grandes y maravillosos (jeremías 29.11). ¡No le ponga impedimentos a Dios con sus temores o falta de fe!

3. Confíe en el acompañamiento de Dios

Cuando Dios nos llama a cumplir una misión, Él no solamente nos presenta la visión sino que suministra la provisión para que podamos cumplirla, y en tercer lugar, nos ofrece la bendición, es decir, prospera nuestro camino.

El llamamiento de Josué incluyó la promesa divina: “Nadie podrá hacerte frente mientras vivas. Pues yo estaré contigo como estuve con Moisés. No te fallaré ni te abandonaré.”(Josué 1.5)

Puede que el desafío de cumplir la misión de Dios en nuestras vidas, parezca muy grande. Pero cuando nos apropiamos de su promesa y confiamos que estará con nosotros, que no nos faltará y no nos dejará solos cualesquiera sean las circunstancias, podemos dar nuevos pasos de fe. La clave de todo radica en la confianza plena.

4. Sea fuerte y valiente en la conquista de grandes metas

Hay quienes escuchan la voz de Dios. Hasta ahí, bien el asunto. El segundo es un poco más complicado: dar pasos hacia adelante. En esa etapa es donde se estancan. Esperan que todo caiga del cielo, como el maná. Y si algo demanda Dios de sus hijos, es que pongan de su parte.

Le invito a leer cómo prosigue el relato sobre la comisión a Josué. Dios le dijo: “Sé fuerte y valiente, porque tú serás quien guíe a este pueblo para que tome posesión de toda la tierra que juré a sus antepasados que les daría. Sé fuerte y muy valiente…” (Josué 1: 6, 7 a)

El Señor enfatizó en dos palabras: fortaleza y valentía. Requiere nuestro compromiso y disposición de corazón.

5. Permanezca fiel a Dios

Dios es la fuente de nuestro poder. Él nos provee la fortaleza para conquistar grandes metas. No somos usted y yo con nuestras capacidades. Aun cuando ayudan mucho, no son suficientes. La ayuda divina es la que dinamiza nuestras potencialidades.

Ahora, si nuestras potencialidades provienen de Él, debemos serle fieles. Es lo que espera de nosotros, como se lo advirtió a Josué:

“Ten cuidado de obedecer todas las instrucciones que Moisés te dio. No te desvíes de ellas ni a la derecha ni a la izquierda. Entonces te irá bien en todo lo que hagas. Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.”(Josué 1: 7 b, 8)

La Biblia es el libro de los triunfadores. Nos provee pautas sencillas, prácticas pero al mismo tiempo eficaces en dirección al cumplimiento de la misión y la conquista de grandes metas.

Un principio muy valioso es ir diariamente a sus páginas, leer sus enseñanzas e interiorizarlas. A través de las Escrituras, el Señor nos orienta sobre los pasos a seguir.

6. Deje de lado el temor y el desánimo

Dos factores que llevan a la derrota son el temor y el desánimo. Si permitimos que nos gobierne el miedo, nos paralizaremos; si el desánimo nos asalta, y le damos cabida, no perseveraremos en camino hacia la meta.

Dios instruyó a Josué sobre estos dos peligros: “Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”.”(Josué 1: 9)

Si nuestra confianza está cifrada en Dios, siempre avanzaremos bajo la convicción de que ningún obstáculo nos detendrá; y si los inconvenientes salen al paso, los superaremos con la ayuda poderosa del Señor que nos acompaña en todo momento.

7. Ore a Dios cada día

La oración es fundamental en la conquista de grandes metas. Cuando hablamos con Dios, recibimos guía, fortaleza y nuevas capacidades para cumplir con la misión y obtener logros que parecían imposible.

Si considera tener un corazón de triunfador, si ha escuchado la voz de Dios, jamás deje de orar. Permita que se convierta en un principio de vida tan importante como respirar, caminar o alimentarse.

Es hora de comenzar

Hoy es el principio de una nueva vida. Esa existencia renovada que siempre ha anhelado. Defina metas con ayuda de Dios en su vida personal y familiar. Sométalas a Dios (Salmo 37: 4, 5).
Si confía en el Señor, Él hará su parte. Llegará a niveles sospechados. Verá colmados los anhelos de su corazón.

Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que tome la decisión. Prendidos de Su mano poderosa emprendemos el maravilloso viaje hacia nuestro crecimiento personal y espiritual. Decídase hoy por Jesús en su corazón.

Le animamos a visitar diariamente el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com 

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