Gracias a la obra redentora del Señor Jesús, toda atadura a las tinieblas se rompe |
Por Fernando Alexis Jiménez
Cuando Leonardo compartió con nosotros lo difícil
que era renunciar al ocultismo, bajo ninguna circunstancia pusimos en tela de
juicio su apreciación. Es verdad. Una vez satanás logra atrapar a una persona,
no querrá soltarla.
Un pastor que otrora fuera ocultista, relata así lo
que ocurrió cuando quiso abandonar las prácticas de brujería y satanismo:
“¡Los demonios me atacaron severamente! Un hombre venía frecuentemente en la forma de un hombre, y tocaba a la puerta de mi casa. Apenas abría, se abalanzaba sobre mí, arrinconándome en el cuarto. Se agrandaba llenando casi toda la habitación. Algunas veces levantaba la cama y venía a mí con ella… ¿Cómo enfrentaba la situación? ¡Yo utilizaba la autoridad en el nombre de Jesús el Señor! Mientras lo reprendía en la autoridad de Cristo, el demonio comenzaba a encogerse, y a medida que continuaba, seguía tornándose más pequeño hasta desaparecer.”(Relato consignado en el libro: “Cómo derrotar a los demonios”, de Jim y Carolyn Murphy. EE.UU. 1998. Pg. 34)
Es evidente que si alguien estuvo atado por años a
prácticas del ocultismo, y el enemigo espiritual cree que jamás saldrá de sus
redes, hará hasta lo imposible para que no escape de la trampa.
Tenga
presente a quién pertenece usted
Supongamos que por años usted estuvo inmerso en el
ocultismo. Tuvo trato con demonios y hasta con el mismo poder del averno.
Descubre un día que satanás da, pero así mismo,
reclama de quienes hacen tratos con él.
Un primer paso que debe dar es reconocer que quien
tiene el verdadero poder es Jesucristo. El segundo, disponerse para enfrentar
cualquier ataque que pudiera venir.
El amado Salvador Jesucristo ilustró el asunto: “Cuando el espíritu inmundo sale del
hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla. Entonces dice: ``Volveré a mi casa de donde
salí; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. Va entonces, y toma consigo otros siete
espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de
aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación
perversa.”(Mateo 12: 43-45. La Biblia de Las Américas)
Tome nota de varios aspectos. El primero, que
pareciera, los espíritus de maldad necesitan corporizarse para obrar. Ahora, si se dejan expulsar, van a sitios
resecos y están ansiosos de corporizarse nuevamente.
Otro aspecto revelador lo constituye el hecho de
que un demonio, cuando alguien abrió puertas en el pasado, piensa que ese
cuerpo le pertenece. Por eso decide volver de nuevo a él.
Abrir
puertas, una mala decisión
Una persona a quien se le ministraba liberación
constantemente, pedía ser atendida una semana después.
La situación se presentó así por mucho tiempo. Dios
nos reveló a mi esposa y a mí que la mujer, antigua practicante del ocultismo
en los llanos de Venezuela, una vez quedaba libre, añoraba el poder que ya no tenía. Ese deseo abría puertas de nuevo.
Es importante que si una persona anhela que se
rompan las cadenas que le mantienen atada al mundo de maldad, en la cual no es
otra cosa que una esclava, tenga la firme convicción del paso que dará: Renunciar a todo pacto o compromiso con
satanás y sus huestes. Lo hace de una vez y para siempre. No debe volver atrás.
La renuncia
a lo oculto es fundamental
Quien desea ser libre, en oración debe renunciar a todo vínculo con el mundo
oculto.
No crea las mentiras del enemigo. Un antiguo
practicante de la brujería quiso escapar del mundo en el que estaba inmerso.
Inmediatamente sintió manifestaciones extrañas en su cuerpo, entre otras, inexplicables
erupciones en la piel, dolores en las articulaciones, mareos y diarrea
constante.
Los médicos que le auscultaron, tras revisar los
exámenes, no encontraron nada de qué alarmarse.
Fue en ese momento en el que esta víctima de lo
oculto, recordó los espíritus de muerte
y de qué manera, esas entidades demoníacas son envidas a quienes se quiere
causar daño y finalmente se produce su deceso.
Recuerda que comenzó a reprender hasta que completó
su proceso de liberación, por el poder de Jesucristo.
Tres
practicas difundidas del ocultismo
Muchas personas terminan envueltas en el ocultismo,
incluso sin darse cuenta. Hay tres de estas actividades que son muy comunes en
nuestro tiempo, en todos los países:
1.-
Practicantes del espiritismo. Hay muchas ramas y, muchas de ellas, se muestran
atrayentes. Quienes están vinculados a estas actividades pueden convertirse en
instrumentos de sanación demoníaca—cuidado, no todas las sanidades provienen de
Dios. El enemigo sabe disfrazarse (Lea 2 Corintios 4:11)-, en la adivinación y
también para tener poder sobre otras personas.
2.-
Doctores brujos. Quienes se vinculan a estas prácticas acuden a
hechizos conjuros y, en la mayoría de los casos, a hierbas para traer aparente
sanidad a enfermos incurables.
3.-
Satanismo. Son por lo general personas muy reservadas, no
andan por ahí revelando en qué están involucradas, son muy activas en el
servicio a la sociedad como estrategia para tener mayor influencia, y si usted
necesitara un favor, sin duda se lo harán.
¿Cómo terminan las personas sumadas al satanismo?
Generalmente porque andan detrás de fama, riquezas o la pretendida juventud por
siempre. Satanás es un embaucador y no le importa sumir a sus víctimas en el
engaño.
No en vano el Señor Jesús dijo del adversario
espiritual que algunos religiosos de su época obedecían: “Sois de vuestro padre el diablo
y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el
principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando
habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de
la mentira.”(Juan 8:44. La Biblia de Las Américas)
Obrar en lo oculto es la prelación de satanás y de
los demonios. Esa es la razón por la cual se manifiestan con ira, animadversión
y ataques cuando hay un cristiano cerca. No soportan el poder de Jesús el Señor obrando a través de esa persona.
Enfrente
al enemigo, no le huya
Los ataques del adversario, si usted decidió dejar
atrás prácticas ocultistas, debe enfrentarlos en el poder de Jesús el Señor
quien nos hace vencedores.
Sobre este particular, el apóstol Santiago
escribió: “Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de
vosotros.”(Santiago 4:7. La Biblia de Las Américas)
La forma eficaz de mantenernos victoriosos es
prendidos de la mano de Dios, sometidos a Él, conscientes de la autoridad que
nos ha dado a través de Jesucristo (Cp. Lucas 10:19)
Renuncie
a las tinieblas y venga a la luz
Si alguien le dijo que era imposible renunciar al
ocultismo, le mintió. No importa qué pacto haya hecho con satanás en medio de
su ignorancia. Incluso, si firmó algún compromiso de sangre.
Reconozca y declare que su vida pertenece a
Jesucristo. Que reconoce la obra de la cruz, que lo hizo libre.
Declare que sus pecados del ayer, y también sus compromisos
con lo oculto, fueron anulados por la obra de Jesús (Colosenses 2.14, 15) Y por
último, tenga la firme convicción que gracias a la sangre de Cristo vertida en
la cruz, usted le pertenece ahora a Él.
El apóstol Pablo lo detalla de manera significativa
en su primera carta universal: “Pero ustedes son una familia escogida, un
sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios.
Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los
llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa.”(1 Pedro 2:9.
Versión Dios Habla Hoy)
Aceptar la obra de Cristo en su vida, le concede autoridad para renunciar a toda
maldición generacional que ha pasado de padres a hijos y con la cual usted
podría contaminar a su descendencia. Recuerde que Cristo nos hace libres (Cp.
Juan 10:10)
Si ya renunció a lo oculto, recuerde tres
herramientas fundamentales para caminar en la libertad de Cristo:
1.- La
oración diaria y sometimiento a Dios
2.-
Lectura de las Escrituras, aplicando a su vida lo que aprende en ellas.
3.-
Ejercer la autoridad de Cristo en su vida
Le animamos a visitar el Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com
Publicar un comentario