¿Cómo dejar de preocuparnos por el dinero?

Debemos desarrollar confianza en Dios para nuestra provisión diaria

Por Fernando Alexis Jiménez
Cuando Luis Alberto sacó su billetera para pagar el boleto del autobús, comprobó que le quedaba poco dinero. Otra vez el mismo conflicto interior: ¿Cómo haría para sobrevivir la semana siguiente? La plata no alcanzaba y sus oraciones a Dios eran cargadas de inquietud. “Sácame por favor de esta situación”, repetía una y otra vez.
En lo más profundo de su corazón sentía que su clamor no llegaba a Dios y que pronto, fruto de las deudas y la escasez de recursos, no podría satisfacer las necesidades básicas de la familia.

¿Alguna vez se encontró como Luis Alberto sumido en un laberinto del cual considera que jamás podrá salir, y que tiene como común denominador la escasez de recursos económicos? Si es así, comparte una de las inquietudes que asisten a millares de personas en todo el mundo.

EL PROBLEMA: REDEFINIR NUESTRAS PRIORIDADES

En esencia el problema no es que, por las circunstancias económicas del mundo y que se agudizan con particular rigor en ciertos países, el dinero resulte insuficiente. El asunto estriba en que nos ocupamos demasiado sobre cómo cubriremos las deudas o satisfaremos nuestros requerimientos personales y familiares, y dejamos de lado a Dios.

El eje central radica, por tanto, en la necesidad de redefinir nuestras prioridades.

El Señor Jesús lo dejó muy claro cuando enseñó: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.”(Mateo 6:31, 32)

El pasaje bíblico nos lleva a inferior, al menos, cuatro aspectos:
  • ·         Las preocupaciones no honran ni glorifican a Dios.
  • ·         El mañana vendrá a su tiempo, debemos ocuparnos en el hoy.
  • ·         Las preocupaciones deberían ser un distintivo de quienes no tienen a Jesús en su corazón, y no de alguien que profesa fe en el Señor Jesús.
  • ·         Dios conoce nuestras necesidades y desea ayudarnos a suplirlas.
Si tan solo revisamos cuál es la prioridad que nos ocupa al abrir los ojos en la mañana, que permanece en nuestra mente durante la jornada diaria y que nos angustia antes de cerrar los ojos, reconoceríamos que estamos equivocados. Es esencial redefinir nuestras prioridades. El dinero no debe ser lo primero.

SATANÁS DESEA QUE VIVAMOS PREOCUPADOS

El propósito de Dios es bendecirnos, tanto en el área  material como la física, lo que incluye por supuesto, los recursos para vivir. No obstante quien se mantiene empecinado en sembrarnos preocupaciones alrededor de nuestra manutención, es satanás. Él sabe que es una forma de robarnos la vida que tiene el Señor para nosotros.

Jesús advirtió sobre este aspecto primordial dirigiéndose a una multitud: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia."(Juan 10:10)

Si usted decide reordenar las prioridades, el primer paso es desplazar las preocupaciones a un segundo plano, y ocuparse de algo realmente importante: confiar en Dios. No permita que satanás le robe la vida abundante.

Tenga presente que confiar y creer, es lo que verdaderamente honra a Dios (Hebreos 11:6) Cuando usted duda, levanta una enorme barrera en su relación con Dios. Jamás olvide que la duda, la incredulidad y el temor son las armas de satanás para debilitar  y contaminar su fe.

PONGA SU MIRADA EN DIOS

Puede que esté atravesando una situación económica difícil a nivel financiero. Lo ahogan las deudas y ningún recurso le alcanza. ¿Debería ser así siempre? Por supuesto que no. 

La Palabra de Dios nos enseña que, al morir en la cruz, el Señor Jesús eliminó la brecha que nos separaba de Dios e hizo cercanas a nosotros las bendiciones de Abraham (Romanos 12: 2, 3; 4:13, 16; Gálatas 3:23)

Si asumimos esta verdad en nuestra vida, jamás volveremos a dejarnos envolver por satanás en las preocupaciones. En adelante, sólo confiaremos en Dios para nuestra provisión.

Lo que, en esencia, debe constituir nuestra prioridad, es buscar del Señor y reconocerlo como una prioridad:

“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”(Mateo 6:33, 34)

Le invito a considerar dos aspectos importantes a partir del pasaje Escritural: Buscar el Reino de Dios y confiar que, si somos fieles a Él, Él proveerá. Lea esta verdad bíblica cuantas veces sea necesario. Hágalas realidad en su vida. Podrá comprobar de qué manera su vida experimenta un giro de 180 grados en todas las áreas.

Si aún no ha recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, es hora de hacerlo. Ábrale las puertas de su corazón a Jesucristo. Él traerá cambio y crecimiento a su vida personal, espiritual y familiar. Decídase hoy por Jesús. 

(C) Fernando Alexis Jiménez es Director del Portal cristiano www.MensajerodelaPalabra.Com y, junto con su esposa Lucero, son pastores de la Misión Edificando Familias Sólidas (www.FamiliasSolidas.Com) 
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