Los tiempos de Dios son perfectos


Por Fernando Alexis Jiménez
¿Alguna vez reflexionĂł en el hecho de que Dios se ocupa de detalles tan pequeños como el momento en el que algo debe ocurrir en su vida?

Piénselo. Es cierto, nuestro amado Padre celestial está atento a todo cuanto acontece en el universo pero para Él usted, y yo somos tan importantes, que tiene especial cuidado de cada situación, por íntima que parezca.

El Señor JesĂşs aclarĂł este aspecto cuando dijo a sus discĂ­pulos: “Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.”(Mateo 10:30 | LBdlA)

Una enseñanza poderosa acompañada de una advertencia amorosa: que no se preocuparan del mañana y que, por el contrario, confiaran en el Padre celestial.

En Dios no hay coincidencias

Para quienes siendo cristianos creen aún en las coincidencias, me permito a considerar que se trata más bien de diosidencias. Es distinto.

En alguna oportunidad estaba Giezi, siervo del profeta Eliseo, contándole al rey sobre el milagro del hombre de Dios al ministrar y traer de vuelta a la vida al hijo de una mujer sunamita.

El monarca estaba maravillado. Quería saber más sobre los prodigios que obraba el Señor por mano de Eliseo.

Habían pasado siete años desde el momento en que ella había dejado su tierra para huir del hambre que azotó la región. Al regresar, se encontró sin los bienes.

Relata la Biblia que  “Y mientras Ă©l estaba contando al rey cĂłmo habĂ­a hecho vivir a un muerto, he aquĂ­ que la mujer, a cuyo hijo Ă©l habĂ­a hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mĂ­o, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contĂł. Entonces el rey ordenĂł a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el dĂ­a que dejĂł el paĂ­s hasta ahora.”(2 Reyes 8: 6, 6| RVR 1966)

Por favor, revise el pasaje. ¿Fue acaso una coincidencia? En absoluto. Se tratĂł de una diosidencia, tĂ©rmino acuñado entre los cristianos convencidos de que Dios tiene control de todo cuanto nos sobreviene si estamos en Su voluntad.

Dios conoce todo, y tiene el control

Jamás podemos perder de vista el hecho de que nuestro amado Padre celestial tiene el control. Aun cuando creamos que las cosas vienen por coincidencia, es hora de revisar nuestra apreciaciĂłn porque como creyentes, sujetos a Dios, no somos blanco de los “accidentes del destino”. Dios está obrando siempre, las 24 horas del dĂ­a.

Hay varias escenas bĂ­blicas que le invito a considerar para reafirmar este principio maravilloso:
En alguna ocasión los oficiales del templo fueron a cobrarle el impuesto al Señor Jesús. El maestro envió a Pedro al mar para pescar. Dentro del pez, le dijo, hallaría una pieza de plata de cuatro dracmas para saldar la deuda (Lea Mateo 17: 24-27)

En otras escena, los discĂ­pulos habĂ­an intentado infructuosamente pescar algo. Horas de esfuerzo no dieron resultado. JesĂşs les instruyĂł en dĂłnde echar la red. Pedro saliĂł al paso y le dijo:
“Respondiendo SimĂłn, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tĂş lo pides, echarĂ© las redes. Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompĂ­an.”(Lucas 5:4-5 |LBdlA)

Finalmente, y para ilustrar el principio del gobierno de Dios sobre los tiempos de Sus hijos, es el momento en que Jesús decide celebrar la cena pascual con sus discípulos. Le preguntaron qué lugar. Él les describió específicamente adónde debían ir y lo que ocurriría. Y absolutamente todo aconteció conforme a su palabra (Lucas 22:7:13).

¿Fueron coincidencias? Por cierto que no. Dios estaba obrando en todas las circunstancias, y lo sigue haciendo con usted y conmigo. Basta que nos sometamos en Su voluntad.

Rinda su presente y futuro en manos de Dios

Con frecuencia nos afanamos por muchas cosas, terminamos extenuados y descubrimos que nuestros temores no pasaron de ser eso: miedos infundados. O tal vez las expectativas que anidábamos en el corazón jamás se cumplieron.

La solución está en rendir nuestro presente y futuro en manos de Dios.

El rey y Salmista, David, lo describiĂł con las siguientes palabras: “En tu mano están mis tiempos; lĂ­brame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.”(Salmo 31:15)

Además de dejar de lado las preocupaciones, debemos tener la firme convicciĂłn que todo cuanto nos acontece—si estamos en la voluntad de Dios—ocurre para nuestro bien (Cf. Romanos 8:28)
Jamás olvide que Dios, nuestro amado Padre celestial, tiene todas circunstancias bajo control.

Si aún no le ha abierto las puertas de su corazón a Jesucristo, hoy es el día para que tome esa decisión. Él traerá cambio y crecimiento a su vida personal, espiritual y familiar. Tomado de Su mano, emprenderá el maravilloso viaje hacia una nueva vida.

Le animamos a visitar el Portal cristiano  

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